Destacados alergólogos han advertido de que las alergias afectan ya a un 25 por ciento de la población urbana y a un 15 por ciento de la rural, por lo que constituyen "una de las epidemias del siglo XXI", y han avisado de que la mitad de la población sufrirá alergias en unos quince años.

El presidente de la Sociedad Andaluza de Alergología, Alfonso Miranda, presentó en Sevilla un manual médico sobre alergias, pionero en España y en cuya elaboración han participado unos cincuenta especialistas, ha advertido de la necesidad de que el sistema sanitario público aumente sus recursos para afrontar esta patología en plena expansión.

El aumento y agravamiento de las alergias se debe a múltiples factores, como el tabaquismo, la contaminación por ozono -gas oxidante que daña las mucosas de las vías respiratorias- o las emisiones por combustión de gasóleo, que agravan veinte veces más la posibilidad de agresividad del polen que las de la gasolina.

Una enfermedad de la sociedad del bienestar

Pese a que parezca paradójico, Conde ha subrayado que la alergia es también "una enfermedad de la sociedad del bienestar" y del "progreso sanitario" pues unas excesivas precauciones higienistas impiden que los bebés desarrollen adecuadamente su sistema inmunitario, con lo que son más proclives a la acción de las alergias.

Ha recordado que el ser humano se adapta genéticamente a las distintas fuentes de alergias y ha citado el caso de Jaén, provincia con unos intensísimos niveles de pólenes de olivo pero cuyos habitantes no padecen alergias a este árbol porque se han adaptado genéticamente.

Conde ha recordado que los modernos factores que agravan las alergias, como el tabaquismo, la combustión de gasóleo o el ozono también propician la aparición de las denominadas "sensibilidades cruzadas", fenómeno por el que algunos alérgicos al polen también terminan siéndolo a algunos alimentos.

En la previsible expansión de las alergias también influye el cambio climático, pues las prospectivas meteorológicas prevén un adelanto de la primavera y, como consecuencia, que ésta sea más prolongada y haya una mayor influencia de los pólenes.

Tanto el doctor Conde como otro especialista de su servicio, el doctor Julio Delgado, han subrayado que todo enfermo alérgico debe ser estudiado por un alergólogo, aunque posteriormente sea atendido y controlado por los servicios de atención primaria.

Ambos alergólogos han subrayado que un adecuado estudio de las causas de cada alergia supone, además de una mayor calidad de vida para el paciente, un considerable ahorro para el sistema sanitario, pues el coste mensual de un tratamiento con vacunas es de unos tres euros al mes, frente a los 1.200 euros mensuales de coste de un tratamiento farmacológico convencional.

También han advertido de que la alergia no debe confundirse con algunos de sus síntomas, como los estornudos o la congestión nasal, y han rechazado que se la trate de forma "simplista", pues tras muchas conjuntivitis o rinitis pueden esconderse patologías más severas, como el asma.

"La alergia no es simplemente un estornudo o una congestión nasal; es una reacción generalizada de todo el organismo, y por eso hay que huir de tratamientos simplistas", ha destacado el doctor Delgado.

El manual, dirigido a médicos y alérgicos, expone en 24 capítulos los principales avances registrados en los últimos años en esta especialidad, muchos de los cuales acortan el tratamiento farmacológico en los afectados.