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"Llevamos al niño en coche al cole para que no pase una hora en el autobús"

Gonzalo González y María Teresa Puyó llevan al pequeño Carlos en coche hasta el colegio
"Llevamos al niño en coche al cole para que no pase una hora en el autobús"
JOSÉ MIGUEL MARCO

María Teresa Puyó tarda ahora veinte minutos en llevar en coche a su hijo Carlos desde su domicilio, en el barrio zaragozano de San José, hasta el colegio Virgen de Guadalupe, en Casablanca. Salen de casa a las 8.30 -la hora de entrada es de 9.00 a 9.30- antes de lo que acostumbran, para anticiparse así a la rutina que les espera a partir del lunes, cuando comiencen las obras del tranvía y se modifique el tráfico por Vía Ibérica.


María Teresa y su marido, Gonzalo González, habían decidido que Carlos (de 3 años) utilizaría el transporte escolar para llegar al centro. Iba a tardar media hora en realizar el trayecto. Sin embargo, una semana antes de que empezaran las clases les avisaron de que la ruta prevista -que pasaba por Tenor Fleta y Fernando el Católico- había sido suspendida por los futuros trabajos de construcción del tranvía. La opción era coger otro bus que ampliaba su recorrido. "Así tenía que salir antes de casa y llegaba más tarde al colegio". De hecho, según cuenta Puyó, tendría que estar a las 8.15 en la parada, "que está a casi veinte minutos andando de nuestro domicilio". En torno a las 9.20 llegaría a clase "y eso sin contar con los cortes de tráfico". En su opinión, "me parece una barbaridad meter al niño una hora en un autobús, y más siendo tan pequeño".


Por esta razón dos veces al día debe coger su coche y conducir hasta el centro escolar. "Puedo hacerlo porque ahora estoy en el paro y tengo tiempo". De momento, "nos organizamos bien porque tampoco hay mucha distancia", pero el problema se agravará en unos días. Las obras del tranvía obligarán a cortar todos los carriles de entrada a la ciudad en Vía Ibérica y uno del sentido contrario. Todos los vehículos que circulen por esta calle se desviarán por caminos alternativos, por lo que el paseo de los Reyes de Aragón -por el que ella va habitualmente- incrementará su volumen de coches.


Por si acaso, y previendo lo que va a suceder, María Teresa y su hijo han adelantado el horario de salida de casa por las mañanas "para que se vaya acostumbrando y podamos llegar a tiempo al colegio". "Intentamos -continúa- no alterar demasiado la vida del niño". La mayoría de los alumnos "llegarán tarde a clase" porque "se va a complicar mucho el camino". "Van a ser muchas molestias", asegura.


Puyó, además, tiene que empezar un tratamiento en el hospital Miguel Servet y, llegar hasta allí una o dos veces por semana. "Va a ser una auténtica aventura", dice. Se planteó dejar el coche junto al colegio de su hijo y luego ir a pie porque "si ya de por sí era difícil aparcar, ahora llegar será misión imposible". "¿Qué pasará con la gente mayor que tenga que ir al hospital a diario?" se pregunta.