DENUNCIAS CIUDADANAS

Las vías aragonesas y sus cicatrices

A la vista de los recortes anunciados por Fomento, varios lectores de HERALDO denuncian las deficiencias de algunas calzadas aragonesas, que constituyen un riesgo para los conductores.

Tramo sin desdoblar de la A-II
Las vías aragonesas y sus cicatrices
HERALDO

Las carreteras aragonesas también tienen heridas de guerra. Son cicatrices que quedan marcadas en el asfalto por el paso de los vehículos, y que se ven agravadas cuando se las abandona, situación en la que muchas quedarán con los recortes de Fomento.

A la vista de la polémica surgida en torno al tema y puesto que estamos en una época del año en que se multiplican los desplazamiento por carretera, Heraldo Abierto animó a los lectores a que enviaran sus quejas sobre vías aragonesas que presentaran deficiencias en alguno de sus tramos.

No hay que irse muy lejos de la capital para comenzar a ver los prolemas de una carretera descuidada. Cruz Sediles denuncia el mal estado de una vía que comunica Zaragoza con Cuarte de Huerva, muy transitada por vehículos de todo tipo: "Tiene un firme muy deficiente en general. Y, desde la tormenta del 11 de julio, que arrastró a la calzada gran cantidad de tierra en varios puntos del trazado, todavía está más peligrosa. Repetidas veces se ha comunicado al Ayuntamiento el estado de la vía, y todavía no han mandado un equipo de limpieza para que quite la tierra".

Un vecino de La Puebla de Alfindén, Javier Amo, critica el "lamentable estado" en que se encuentra la única entrada al municipio desde la autopista. "Está así desde hace mucho tiempo, y puede resultar peligroso y provocar algún accidente", advierte.

Desdoblamiento de la N-II

Laura López pone voz a una demanda repetida hasta la saciedad por la cantidad de víctimas mortales que acumula la carretera en cuestión, la Nacional II. Ella reclama el desdoblamiento del tramo de esta vía entre Zaragoza y Fraga. "Es vergonzoso que a estas alturas todavía haya carretera en lugar de una autovía", dice.

Por su parte, Juan Tomás Clemente, un aragonés afincado en Málaga, advierte del riesgo que supone el cruce de Magallón hacia La Almunia. "Todo el tráfico pesado y turístico que va del norte de España a Levante se desvía por esa carretera. Es muy peligrosa por el tráfico pesado y por los enlaces con La Almunia y Almonacid de la Sierra", apunta.

Luis Angurel, de Castillonroy, último pueblo oscense en la comarca de la Litera, critica el contraste que hay entre los tramos aragoneses y los catalanes: "Para ir de Alfarrás a Almacellas, ambos en Lérida, hay que atravesar cuatro kilómetros de carretera aragonesa. Los tramos catalanes están lisos como la palma de la mano, y en el de Aragón casi hay que ir en tractor".