Las tarjetas de crédito cambian la banda magnética por el chip

Una directiva europea obliga al cambio, que deberá ser completo antes del final de 2011. Las empresas involucradas explican las novedades y dan consejos útiles para que los usuarios no sufran estafas, ni en internet ni en los establecimientos comerciales.

Tarjetas de crédito.
Tarjetas de crédito.
JOSé MIGUEL MARCO

Antes de que acabe 2011, todas las tarjetas de crédito emitidas en España deberán funcionar con chip y no con la banda magnética, como ha sido hasta hoy. En los comercios aragoneses esto se nota a la hora de pagar: por lo general, antes se exigía una firma para verificar una compra con tarjeta y ahora se pide teclear el número pin o código personal.


En España, todos los cajeros están preparados para funcionar con este nuevo sistema, incorporado ya en el 97% de las tarjetas y ofrecido como forma de pago en el 77% de los establecimientos en los que se puede pagar de esta manera.


«La ventaja es fundamentalmente de seguridad. Se recomienda a todos los comercios que gestionen las operaciones a través del chip, porque se requiere el número personal del cliente. De esa manera se evitan fraudes asociados a la suplantación de personalidad que la verificación de firma no resuelve tan bien», destaca José Luis Rubio Gracia, jefe de medios de pago de Ibercaja.


«En algunos casos piden únicamente el pin, en otros pin y firma, no hay un criterio único», afirma Javier López de Pablo, de Visa Europa. Rubio añade que en el caso de IberCaja, «el sistema pide el tecleo del número personal, aunque cabe la opción de saltar y solicitar firma, según el modelo tradicional».


CAI , por su parte, comenzó a emitir las tarjetas con chip en 2008, y todos los establecimientos que funcionan con ellos ya aceptan esta nueva tecnología, que para esa institución es «mucho más segura» para sus clientes.


El cambio se debe a una directiva de la Unión Europea, que pretende crear  un estándar para la zona Euro que permita efectuar «pagos sin utilizar efectivo (…) utilizando un único conjunto de instrumentos».


«En España no era necesario, el fraude en tarjetas solo se da en el 0,05% del total de operaciones. En otros países europeos, como Francia o Inglaterra, el porcentaje era mayor y por eso se decidió pasar al sistema EMV o de chip», explica Rosa Ovejero, de la red de cajeros Servired.


Añade que si no se adaptan las tarjetas al nuevo sistema, el fraude que se evite en esos países llegaría a España. «En Estados Unidos, a raíz de los cambios en Europa, también están cambiando por la misma razón: no quieren que las estafas les afecten», dice.


Grandes comercios como el Corte Inglés incorporaron el sistema antes que otros más pequeños, que poco a poco se adaptan al estándar. «Muchos clientes sacan su DNI a la hora de pagar y al principio se extrañaban cuando les pedíamos que teclearon el pin», dice Marta V., cajera en un supermercado Día de Zaragoza, que comenzó a implantar este método hace tres meses.



Consejos para transacciones seguras


Desde Visa Europa aseguran que es «muy complicado, por no decir imposible, duplicar una tarjeta» y que el nuevo modelo trae «más cambios» que no son perceptibles por el usuario, pero que colaboran para mejorar la seguridad.


«Antes, el fraude era responsabilidad del emisor de la unidad. Si un cliente de Barclays sufría un incidente en Madrid, el grupo londinense era el responsable. Desde ahora, lo será la empresa que pone el terminal donde se paga», informa Rosa Ovejero.


Operaciones en línea


Aclara que para transacciones online, el usuario será culpable si le estafan en una página no certificada. Si el lugar donde se realiza la transacción es seguro, el emisor deberá responder.


A pesar de los avances, se sigue insistiendo en medidas sencillas para no tener problemas. Para pagar de forma física, es aconsejable no perder de vista la tarjeta en ningún momento, así se evitan los duplicados. Ahora, gracias a la tecnología inalámbrica de las máquinas de pago, esto es muy sencillo.


Cuando se trata de internet, desde Visa Europa aconsejan medidas como asegurar que los datos van a ser codificados antes de ser enviados por la red: es tan simple como buscar una llave o candado en la parte inferior del navegador o ver si dirección del sitio web empieza por https:// en lugar de http://.


Antes de pagar, además, sugieren tomar nota de todas las operaciones realizadas, de las direcciones exactas donde se ha operado, además de leer la política de entrega y devoluciones del establecimiento. Es útil buscar un número de teléfono o una dirección de correo electrónico para cualquier reclamo que surja.


Hay programas -com OpenDNS- que tienen sistemas que comprueban si la dirección de la página corresponde con su dirección IP, porque algunos estafadores ponen vínculos que dicen ir a una página web, pero van a otra: el usuario podría facilitar los datos de su tarjeta pensando que se lo está dando a su banco o a un establecimiento comercial de su confianza.