SEXUALIDAD

La Viagra cumple diez años

Desde que el 27 de marzo de 1998 se aprobó la comercialización de la Viagra, ha solucionado los problemas de erección de más de 30 millones de hombres. El 5% de los aragoneses reconoce tomar la pastilla-milagro.

La píldora azul Viagra celebra esta semana el décimo aniversario de su irrupción en el mercado farmacéutico de Estados Unidos. A España llegó unos meses más tarde. Una década después, millones de hombres y sus parejas de todo el mundo agradecen sus bondades.


El 27 de marzo de 1998, la Administración de Fármacos y Alimentos de Estados Unidos (FDA) dio su venia a la pastilla de citrato de sildenafil como tratamiento para la disfunción eréctil, un problema fisiológico que afecta a más de la mitad de los hombres entre 40 y 70 años de edad, según su fabricante, la farmacéutica Pfizer.


Hasta entonces, las opciones para resolver el problema se limitaban a medicamentos que tenían que administrarse directamente en el pene mediante inyecciones, o supositorios, bombas de vacío para mantener la erección y hasta implantes.


Una revolución


El éxito fue inmediato, aun cuando sus primeros consumidores se mostraban poco dispuestos a admitir que acudían a ella para combatir la estigmatizada impotencia.


Pero esa renuencia comenzó pronto a diluirse y poco a poco fue creciendo el número de consumidores que admiten que se benefician de sus efectos hasta llegar a la cifra de unos 35 millones en todo el mundo, según Pfizer.


Uno de los primeros fue el entonces senador republicano y ex candidato a la presidencia de Estados Unidos Robert Dole, quien encabezó una campaña de propaganda de televisión por todo el país para promover la pastilla azul. Al legislador siguieron ases del automovilismo estadounidense, beisbolistas y cantantes famosos.


"Fue la revolución de la Viagra", según el doctor Brian Klee, director del Equipo Global de Viagra en Pfizer, empresa cuyos ingresos por la venta de la pastilla fueron de 1.764 millones el año pasado, según cifras proporcionadas por la empresa farmacéutica. Además, según Pfizer, desde 1998 se han emitido más de 233 millones de recetas que recomiendan el uso habitual de la pastilla, cuyo precio es un asunto bastante escurridizo.


En las farmacias de Estados Unidos el precio va desde los 29 dólares por pastilla (de 100 miligramos) si se compran tres, a 17,50 dólares por pastilla si se compran 20, pero también se puede comprar por Internet en farmacias de la vecina Canadá y los precios van desde 1,75 a 4,95 dólares.


Y aunque ha renovado el placer de la intimidad para millones de parejas, en este proceso, Viagra se ha convertido en un ingrediente en la ruptura de muchas parejas porque, como dijo el abogado de divorcios en Nueva York Raoul Felder, "los hombres mayores que pueden desempeñarse nuevamente también buscan frutas más verdes".


"Antes de que apareciera Viagra, existía una percepción equivocada sobre la disfunción eréctil. Se le llamaba impotencia y las explicaciones eran psicológicas", agrega Klee en una entrevista telefónica.


"Los médicos no creían que se tratara de un trastorno fisiológico y estaban convencidos de que afectaba solo a los hombres de edad avanzada", recordó.


Según Klee, la pastilla también tuvo un efecto sociocultural y la eliminación del estigma de la impotencia abrió una puerta más a la libre discusión sexual entre el médico y su paciente. "Además, ayudó a mejorar las relaciones de la pareja, a reforzar la autoestima del hombre y, en muchos casos, a combatir su depresión", añadió.


Más aún, según científicos de Pfizer, las investigaciones han demostrado que la disfunción eréctil es, con frecuencia, un indicador de otros problemas de salud, como diabetes, altos niveles de colesterol y problemas cardiovasculares. "Puede ser una señal de advertencia. No se sabía pero ahora es un hecho establecido y aceptado", señaló Teresa Griesling, miembro del Equipo Global de Viagra en Pfizer, al diario "Kalamazoo Gazette" de Michigan.


Según Griesling, un estudio realizado por la farmacéutica reveló que un 64 por ciento de los hombres hospitalizados por problemas cardíacos también sufría disfunción eréctil.


Desventajas


De venta bajo receta médica en EE.UU., el medicamento puede tener efectos secundarios como dolores de cabeza, humedad nasal, pérdida transitoria de la visión y la audición, así como mareos. Tampoco se debe recetar en dosis altas (más de 25 mg) a hombres de más de 65 años con problemas renales o hepáticos graves, según médicos de Pfizer.


Desde que Viagra irrumpió en el mercado, en Estados Unidos han aparecido otras medicamentos de composición similar para combatir la disfunción eréctil como el Cialis y Levitra. "Pero esa competencia no nos preocupa. Somos los líderes del mercado", señala Klee. E.

 

El 5% de los aragoneses la toma

 

"El tratamiento con Viagra es eficaz y, además, seguro. A diez años vista de su aprobación, se ha comprobado que su uso no entraña ningún riesgo para el corazón. Por el contrario, su principio activo, el sildenafil, se está prescribiendo para el tratamiento de la hipertensión pulmonar". Así lo asegura el doctor Luis Rodríguez Vela, jefe de sección de Urología del Hospital Miguel Servet de Zaragoza y miembro del equipo de la Unidad de Andrología del centro hospitalario.

 

El doctor Rodríguez Vela recuerda que, según los estudios epidemiológicos, alrededor de un veinte por ciento de los varones españoles tiene problemas de erección. Esta cifra coincide, aproximadamente, con las tasas registradas en Aragón. "Lo que ocurre es que la mitad de estas personas no acude a los médicos en busca de consejo o ayuda. De los que sí van a las consultas, a algo más de la mitad se les prescribe Viagra", señala este especialista, por lo que entre el cinco y el seis por ciento de los aragoneses están tomando la pastilla azul en forma de diamante para superar sus problemas de erección. La eficacia se sitúa en algo más del setenta por ciento de los pacientes que toman la pastilla y no llega al dos por ciento de los usuarios que la abandonan por los efectos secundarios que provoca. El más acusado es el dolor de cabeza, aunque este efecto va desapareciendo con un uso más o menos continuado de Viagra.