CAMBIO CLIMÁTICO

La restitución de la capa de ozono puede agravar el calentamiento global en el hemisferio sur

Científicos atribuyen al agujero de ozono el paradójico enfriamiento del interior antártico en los últimos años.

Paradójicamente, la solución al desafío medioambiental global de finales del siglo XX, el agujero de la capa de ozono, puede terminar agravando el problema del calentamiento global al que nos enfrentamos en este primer tramo del siglo XXI. Una restituación total de la capa de ozono podría modificar el cambio climático en el Hemisferio Sur y terminar amplificando el calentamiento en la Antártida, según concluyen científicos de la Universidad de Colorado-Boulder y de la agencia meteorológica estadounidense (NOAA).


Mientras la temperatura de superficie ha estado subiendo en todo el mundo, el interior de la Antártida ha registrado en los últimos años una tendencia única al enfriamiento durante los veranos australes, causada por el agujero de ozono, explica Judith Perlwitz, investigadora de un centro conjunto de Boulder y el NOAA. "Si el éxito en el control de sustancias que destruyen el ozono permite una total recuperación de la capa sobre la Antártida, probablmente veremos como el continente helado se calienta de la misma forma que el resto del planeta", aseguró en declaraciones a la web de la Universidad de Colorado.


El estudio, publicado en el número del 26 de abril de la revista Geophysical Research Letters y que recoge otr/press, analizó un modelo de supercomputación de la NASA que incluye interacciones entre el clima y la química del ozono estratosférico para examinar cómo los cambios en el agujero de ozono influyen en la actividad atmosférica cerca de la superficie.

Cambios que llegarán al sur

 

Los científicos calcularon que cuando los niveles de ozono estratosférico vulevan a la normalidad --previos a 1969-- a finales del presente siglo, los patrones a gran escala de la circulación atmosférica que ahora hacen de escudo en el interior de la Antártida serían más cálidos debido a masas de aire que comenzarían a iruumpir desde el norte diurante el verano austral.


Los científicos encontraron que una vez se recuperen los niveles de ozono, las capas más bajas de la atmósfera en la región polar absorberan más radiación ultravioleta del sol. Esto podría desembocar en un incremento de temperaturas en altura que afectaría decididamente a la superficie. Estos cambios podrían tener repercusiones también en Australia, con un clima más seco y caluroso, y en América del Sur, donde el tiempo se volvería más húmedo. Estos cambios dependerán mucho de la evolución de las emisiones de gases de efecto invernadero.