Tercer Milenio

En colaboración con ITA

NUEVAS CAMPAÑAS

La publicidad sale a la conquista de las calles

Vemos anuncios en la tele, en las revistas y en internet. Pero las empresas también se anuncian en las calles, y no solo con carteles. Cada vez se esmeran más por llamar la atención, colocando sillas invisibles en los aeropuertos o cabinas telefónicas en el centro de Madrid.

Cabañas telefónicas animan a llamar a Londres para promocionar una ginebra
Cabañas telefónicas animan a llamar a Londres para promocionar una ginebra
HERALDO

Llevaron a Madrid las cabinas telefónicas de Londres. Crearon una bebida energética que animaba a votar. Y hasta sentaron a un hombre en una silla invisible. Los publicistas ya no esperan a los clientes, van a por ellos, y aunque la tendencia es la de invertir cada vez más en Internet, en la calle todavía hay muchas campañas asombrosas.

"En Zaragoza no las vemos mucho, son muy caras. En las ciudades grandes, las agencias sí se lo pueden permitir", comenta Miguel Galve, consultor de márquetin en Aragón. De las pocas cosas que recuerda es cuando Ikea decoró las marquesinas. "Cuando la gente se sentaba a esperar el autobús, desde fuera parecía que estaban en el salón de su casa", cuenta Ignacio Moniente, director de zona del Grupo Havas, una red de agencias de publicidad locales.

"Una pareja vivió en el escaparate de una tienda para detalles de la casa", añade Jorge Azón, vicepresidente de la Asociación de Medios y Agencias de Publicidad de Aragón. Moniente añade que este tipo de publicidad es "muy notoria" pero que "depende de los objetivos" y no siempre es apropiada. "De todas formas, Zaragoza casi siempre está presente en las giras. Muchas veces incluso se prueban aquí antes de lanzarse en las grandes ciudades", asegura Moniente.

Los problemas de salir a la calle

La semana pasada, una marca de gin inglesa colocó una decena de cabinas telefónicas rojas en el centro de Madrid. Desde ellas se podía llamar gratis a Londres. 'Londonize' ('londonizar'), se denominó. Además, las cabinas sonaban y el que contestase, podía llevarse viajes a la ciudad, prácticas laborales allí o cursos de inglés. Después de la capital, se irá a Sevilla, Valencia, Málaga, Santander y La Coruña. Pero no a Zaragoza. "Aquí se sigue optando por medios más tradicionales", explica Azón.

"Se vio en casi todas los informativos. Es más fácil que un periodista se acerque allí a que lo haga en sitios más aislados", explica Galve. Para Moniente, esa es una clave de esas campañas, "más que vender, lo que buscan es crear marca, notoriedad, tener repercusión".

Una aerolínea alemana, por ejemplo, optó por la magia para anunciar que tenía más espacio entre asientos. Contrataron a un ilusionista y lo sentaron en un aeropuerto. La gracias estaba en que no había silla. "Escoge tu confort personal", se leía en la plataforma.

"Llaman la atención, pero no se puede saber cuántas personas lo ven, ni datos como la edad, las aficiones... en la web, sí", cuenta Galve. Aunque esa barrera comienza a superarse con proyectos como el de una cadena hotelera en Alemania, que aprovechando el GPS de los móviles, mandan ofertas a los clientes cercanos a sus hoteles.

Y algunas veces, es aún más fácil. Antes del referéndum por la Constitución Europea, en España se distribuyeron unas bebidas energéticas que animaban a ir a las urnas. La participación en esa votación fue la más baja desde la llegada de la democracia.