TRÁGICA CELEBRACIÓN DEL AÑO NUEVO

La Policía investiga el incendio de una discoteca de Bangkok convertida en la tumba de 60 personas

Las primeras llamas surgieron en el edificio de tres plantas una vez pasada la medianoche, y cuando la clientela se apercibió del fuego, cundió el pánico. "Vi como algunos se arrojaron al vacío desde la segunda planta -explica un testigo- y después parte del edificio se desplomó".

Los cadáveres, apilados ante la discoteca
La Policía investiga el incendio de una discoteca de Bangkok convertida en la tumba de 60 personas
REUTERS

Las autoridades de Tailandia investigan el estatus legal y las medidas de seguridad de la discoteca de Bangkok en la que murieron 60 personas a causa del voraz incendio ocurrido pocos minutos después de la llegada del Año Nuevo.


El subdirector general de la Policía, general Jongrak Juthanon, dijo a la prensa que las investigación se centra en saber si el incendió lo causó una traca de petardos organizada por los responsables del local para celebrar el Año Nuevo, o fue un cliente el que la introdujo y le prendió fuego.


El incendio, en el que resultaron heridas cerca de otras 240 personas, ocurrió poco después de la medianoche, y devoró por completo la discoteca Santika. Los supervivientes han relatado que las llamas surgieron tras escuchar los truenos de un espectáculo pirotécnico.

El dueño, en paradero desconocido

Hasta el momento, la Policía no ha podido localizar al dueño de la sala de fiestas contra quien prepara una acusación formal por permitir la entrada en local nocturno a una menor de edad que se encuentra entre las víctimas mortales.


La Policía examina también el estatus legal de la discoteca, que según fuentes policiales citadas por el diario Bangkok Post, estaba registrado como un "restaurante para cenas", por lo cual y de acuerdo a la normativa municipal, podía estar abierto hasta la medianoche.


El general Juthanon explicó que con anterioridad al incendió ocurrido el jueves, la Policía solicitó al Tribunal Administrativo de Bangkok el cierre de la discoteca Sakira, pero su petición fue denegada por un motivo que no precisó.


La discoteca, situada en el barrio de Ekamai y a la que solían ir tailandeses de clase media y también extranjeros afincados en el país, disponía de, además de la puerta principal, otras dos puertas pequeñas, aunque éstas no estaban debidamente señalizadas y eran conocidas únicamente por el personal del establecimiento


También, el local contaba con un único extintor contra incendios, lo cual cuestiona las medidas de seguridad del edificio, cuya decoración y mobiliario eran de materiales inflamables, de acuerdo a la Policía y el servicio de bomberos.


La dirección de la discoteca había anunciado, que coincidiendo con gala de Año Nuevo, tenía previsto celebrar una fiesta de despedida con motivo de su cierre, a partir del 1 de enero, para trasladarse a otro local de la capital.


La mayoría de los cadáveres fueron encontrados cerca de la puerta de acceso, de pequeñas dimensiones, y por la que parte de los cerca de un millar de personas que había en la discoteca se abrieron paso para salir, casi uno a uno.

Más de cincuenta heridos graves

Al menos 54 personas que resultaron heridas permanecían en estado grave, incluido un ciudadano japonés de 25 años que fue intervenido de urgencia y que sufre quemaduras en el 60 por ciento de su cuerpo.


Según los datos facilitados por los hospitales, un total de 35 extranjeros, entre ellos de Australia, Bélgica, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, Japón, y Reino Unido, fueron atendidos el jueves por los servicios médicos y fueron después dados de alta o se encuentran todavía ingresados por sufrir quemaduras en el cuerpo.


El subdirector general de la Policía indicó que 21 cadáveres no han podido ser identificados por haber quedado totalmente calcinados, y que a los 29 certificados de defunción extendidos hasta hoy, se sumarán en las próximas horas los correspondientes para el resto de la víctimas mortales que carecían de documentación.


Un día después de la tragedia varias decenas de familias de las víctimas y amigos, se congregaron ante los escombros de la discoteca para practicar los habituales rituales budistas que guían a los espíritus de los muertos hacia una nueva vida.