Blog - Los desastres de la guerra

por Gervasio Sánchez

NAVIDAD

La parada zaragozana de Nicolaas

A Holanda no llega Santa Claus, sino San Nicolás, que acude desde España cada 5 de diciembre. El sábado dejará regalos aquí.

San Nicolás se toma una caña en el hotel Goya, mientras ultima con Menno su labor para el sábado. Eso sí, sin soltar su libro mágico.
La parada zaragozana de Nicolaas
JOSé MIGUEL MARCO

Acaba de llegar de Holanda, donde cada 5 de diciembre deja miles de regalos en todos los hogares. Lleva tanto trabajo que necesita descanso. Y, viniendo de la patria de Van Gogh, el zumo de cebada se hace obligatorio. Pero su trabajo aún no ha concluido. Antes de llegar a su Madrid natal, parará en Zaragoza, donde San Nicolás ha aceptado gustoso la invitación de la Asociación de Holandeses en la ciudad, para que traiga presentes a las familias desplazadas aquí. El próximo sábado, lo irán a buscar a Independencia y lo acompañarán al hotel Goya. Allí, se reunirá con todos ellos en un encuentro privado y, junto a sus dos pajes, dejará los obsequios y abrirá su libro mágico: ese en el que apunta todo lo que han hecho los niños durante el año. ¿Y para los padres? Para ellos hay Pepernoten -galletas de clavo, pimienta y nuez moscada- y letras de chocolate, el menú típico de estos días en sus localidades de origen.


"Yo soy el original -se queja Nicolaas, como le conocen en el reino de Beatriz-. Soy serio y delgado. Claus es más gordito y sonriente pero, para mí, fue un invento de las marcas de refrescos". No es por rivalizar, pero es que Nicolás triunfa por esos lares: Melchor, Gaspar y Baltasar no se atreven ni a acercarse. "Los holandeses en España tienen suerte -cuenta, un tanto decepcionado-: me tienen a mí, a Papá Noel y a los Reyes Magos". "Es que nosotros celebramos todo a tope", le contesta Menno Overvelde, responsable de la asociación encargada de traerle.


Fue precisamente en Navidad, en 2005, cuando este club de holandeses maños dio sus primeros pasos. Menno envío correos a los paisanos que conocía en Zaragoza, y ellos a otros y así lograron juntar a casi 30 personas en enero de 2006. Un mes después, abrieron oficialmente sus puertas y establecieron sus normas: "Son tres: cerveza, reír y no hay obligaciones. Y las cumplimos a rajatabla", bromea. Hoy, ya son 65 familias, tienen su propio blog -meetingpuntnl.blogspot.com- y cuentan con un comité que organiza actividades, entre las que destacan dos: el cumpleaños de la Reina Madre, que a pesar de ser el 30 de abril, ellos lo celebran en junio -"es que en mayo llueve todos los sábados y nos estropea la barbacoa", ironiza Menno- y la visita de Nicolaas. Unas relaciones casi diplomáticas, por la agenda que lleva el santo desde que empezó a desarrollar su labor, allá por 1870.


Desde entonces, a los pequeños que no se portan bien se les dice que los pajes los meterán en sus sacos y se los llevarán a España. Y este año, tras el Mundial, no hay ganas de visitar al adversario. "Ese tema ni tocarlo", suelta Menno. "Yo no me puedo meter. Tengo el corazón partido, con el trabajo en Holanda y mis vínculos con mi país", reconoce Nicolaas, con su acento sorprendentemente poco español, y casi sudando tinta.