LA ESPAÑA DE LOS 70

La locura de hacer niños

El primer banco de semen de España, que cumple 30 años, nació entre críticas y mensajes catastrofistas.

El 14 de enero de 1978 comenzó todo. Ese día, el doctor Simón Marina inseminaba por primera vez a una paciente en España. Quedaba inaugurado el primer banco de semen. Desde entonces han nacido por esta vía más de 3.000 niños. "Sólo hace falta que la pareja tenga muchos deseos de ser padres", comentó el médico, que sigue en la brecha tres décadas después acompañado de sus hijos. El doctor Marina se especializó en la esterilidad masculina. Quería dar un paso más y estudio las clínicas de este tipo existentes en París y Bruselas.


La parte económica fue fácil. El coste de montar un banco de semen no era muy elevado. "La única inversión fuerte era la cámara con hidrógeno líquido para congelar el semen", apuntó el doctor.


Más complicada fue la aceptación del resto de la sociedad. "Me llegaban mensajes catastrofistas. Me decían que era un disparate, que la gente lo iba a mirar mal. Pero era una opción más, siempre y cuando haya un problema médico y no quede otra solución", indicó Marina, quien todavía mantiene el contacto con su primera 'criatura'. "Fue una niña. Ahora está en la universidad".


Los donantes comenzaron a llegar poco a poco. El instituto Cefer, nombre de la clínica, cerró 1979 con 15 donantes. Ahora tiene fijas a 30 personas, que acuden una vez a la semana por un periodo de cuatro meses. Después, se renuevan los dadores. Además del banco de semen, el doctor Marina creó también un banco de óvulos y fue el primero en lograr el nacimiento de niños sanos a partir de pacientes con VIH mediante el lavado de semen.


Menos calidad


En este trigésimo aniversario, el doctor ha desempolvado sus archivos para cotejar los datos de todos los donantes para estudiar la calidad del esperma de los dadores de antes y los de ahora. Y los datos son alarmantes. Se ha analizado el volumen, la movilidad y la concentración espermática de los jóvenes sanos (22 años de media) y el parámetro más afectado por el paso de los años es el de la movilidad.


La media de espermatozoides móviles ha pasado de un 63% entre los pacientes nacidos entre 1955 y 1959 a un 42% de los hombres que vinieron al mundo en los primero cuatro años de la década de los 80. También ha bajado la cantidad de hombres que no cumplen los requisitos mínimos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que consideran que el semen debe tener un mínimo de 20 millones de espermatozoides por mililitro eyaculado. El estrés de la vida actual es una de las causas fundamentales de este descenso.


Ahora, el doctor Marina, con la ayuda de sus hijos, continúa con sus investigaciones en el campo de la fertilidad. El siguiente paso ha sido ofrecer la posibilidad de tener hijos biológicos a parejas lesbianas. La técnica consiste en que una aporta los óvulos (madre genética) y la otra lleva la gestación (madre gestante). "Es un reto apasionante pero también una gran responsabilidad", asevera el doctor David Marina.