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La familia que juega al tenis unida...

Tres generaciones dándole a la raqueta. Y no se cansan. La matriarca de los Colás sigue practicando, mientras uno de sus nietos se prepara para ser profesional.

Mª Carmen y los Colás: Anabel, Aurelio, Abraham, Aarón y Jesús. En primera fila, los pequeños Alberto e Ignacio. Y sus raquetas, claro.
La familia que juega al tenis unida...
J. C. ARCOS

Aparecen con la raqueta debajo del brazo. Y capitaneados por Mª Carmen Abad, la pionera, que empezó a practicar tenis junto a su marido y, hoy, sigue compitiendo en los torneos de veteranos. Esta fan confesa de Nadal cumplió 70 en las pistas y continúa entrenando tres veces por semana. "Hace unos días -explica-, vi a una señora de 90 años jugando. Ese es mi reto". Con ese afán, normal que contagiara a las generaciones posteriores. Al primero, a su hijo mayor, Jesús, director deportivo de la Federación Aragonesa de Tenis, y que aún recuerda sus primeros saques, con 10 años, en el Stádium Casablanca de Zaragoza. "Empezamos siete en la primitiva escuela del club. Poníamos una red en las pistas de balonmano, donde había luz", comenta. Poco se imaginaba entonces que acabaría jugando torneos de la ATP y siendo el noveno jugador de España. Con 14 años, fue becado por la escuela nacional y se marchó a Barcelona. Después, llegaría su periplo profesional: llegó a jugar la previa del Roland Garros y lo llamaban el Gladiador, por su lucha en cada partido. Entre el 83 y el 89 vivió muchas competiciones internacionales? hasta que la mili se cruzó en su camino. "Al menos, jugaba al tenis con el brigada", apunta.

 

Sus dos hermanos siguieron sus pasos. "Y, en casa, jugábamos al ping-pong en la mesa del salón", recuerda Anabel. Su otro hermano, Aurelio, también obtuvo una beca de la Federación Española. En Barcelona, coincidió con Conchita Martínez. Estuvo en el equipo nacional cadete? pero dejó los 'ace' y los sets por los estudios. Eso sí, participó, junto a Jesús y dos primos, en el equipo del Stádium que consiguió mantenerse entre 1982 y 1988 en Primera nacional, donde solo había sitio para ocho clubes.

 

De las nuevas generaciones, el que más sigue la senda es Aarón, el hijo pequeño de Jesús, actual campeón de Aragón júnior. Ahora, va a empezar a estudiar a distancia para entrenar unas seis horas todos los días. "Si mi padre llegó a ser el 157 del mundo, yo quiero ser, al menos, el 156", explica con humor. Y que no le falte, porque el sacrificio será grande. "Tratar de ser profesional cuesta mucho, por eso los chicos jóvenes suelen dejarlo. Además, hay más clubes en Cataluña o Levante", dice su abuela. "Es que aquí hace frío", le replica Anabel.

 

Abraham, hermano de Aarón, tonteó con el hockey e incluso con el balonmano. "Pero volvió", dice orgulloso su padre, y hoy se ha sacado el título de monitor e imparte clases. Y aún faltan los hijos de Aurelio, los pequeños Ignacio, el único zurdo de la familia, y Alberto, que ya ha levantado sus primeros trofeos: ha sido campeón de Aragón benjamín por equipos.

 

Con este currículum conjunto, a los Colás no hay quien les tosa a la hora del saque. Están todo el día pendiendo de un hilo. O de unos cuantos. Por lo menos, de los que integran la red.