INVESTIGACIÓN

La fallida revolución del genoma humano

Parecía un milagro lo que el desciframiento del genoma humano iba a proporcionar a la humanidad: terapias "a medida" del paciente, una gran cantidad de nuevos tratamientos más eficaces y la posibilidad de conocer el riesgo de sufrir cáncer.

La investigación del genoma "revolucionará el diagnóstico, la prevención y el tratamiento de la mayoría o hasta de todas las enfermedades", dijo el entonces presidente de EE. UU. Bill Clinton el 26 de junio de 2000 en el acto de presentación del genoma humano. La ceremonia en la Casa Blanca fue al mismo tiempo un acuerdo de paz entre el Proyecto Genoma Humano (PGH) y el pionero en el campo de la genética Craig Venter, quien había presentado un primer borrador de los 3.000 millones de pares de bases que conforman el genoma humano dos meses antes.

El director del PGH, Francis Collins, prometió hace diez años "un cambio total de la medicina terapéutica". Entretanto, el genoma de un ser humano se puede descifrar cada vez más rápido y por unos pocos miles de dólares.

Sin embargo, la verdadera revolución no ha ocurrido hasta ahora, pese a que se destinaron miles de millones de dólares para la investigación de mutaciones genéticas que podrían causar enfermedades. Los resultados son más que pobres: una sustancia contra la osteoporosis (Prolia), y otro (Benlysta) contra el lupus, una enfermedad autoinmune, y unas pocas terapias nuevas para el cáncer.