LIBROS

La condesa de Romanones sentía celos de Audrey Hepburn

La ex agente de la CIA desvela muchos detalles de su vida en sus memorias, 'El fin de una era'.

Con una vida llena de momentos tan apasionantes como peligrosos, Aline Griffith, condesa viuda de Romanones y ex agente de la CIA, desvela en sus memorias, 'El fin de una era', su amistad con presidentes de gobierno, toreros y estrellas de Hollywood, así como sus celos de Audrey Hepburn.

"He procurado no hacer daño, espero que nadie se moleste con mis memorias" dijo en una entrevista en su residencia madrileña, un chalet arropado con un halo decadente, repleto de libros y bustos de la Mérida romana, donde Ava Gardner asistió a muchas cenas con amigos como Luis Miguel Dominguín, con quien mantuvo un romance.

A sus 87 años, orgullosa de sus orígenes, Griffith, que nació en Pearl River (Nueva York, EEUU) en 1923, y licenciada en Literatura, Historia y Periodismo, presume de cómo su trabajo como espía le permitió "codearse con la alta sociedad madrileña y lucir exclusivos diseños de alta costura".

Tras ser reclutada por el Office of Strategic Services (OSS), el primer servicio de inteligencia de Estados Unidos, en 1944 debutó como agente secreta en Madrid. Su objetivo: espiar a los nazis.

Un trabajo apasionante y peligroso que desempeñó bajo el seudónimo de 'Tigre' y que la obligó a recibir una formación dura y a aprender a disparar con pistola, matar en silencio con cuchillo o tirarse en paracaídas. "He estado en la cárcel y he disparado", dijo Griffith. En ese Madrid de los años 40 conoció a Luis Figueroa, conde de Quintanilla, con quien estuvo casada cuarenta años.