MEDIO AMBIENTE

La concentración de CO2 y metano es la más alta de los últimos 800.000 años

Las cifras son el resultado de un examen de muestras de hielo a una profundidad de hasta 3.270 metros en el casquete polar de la Antártida. La concentración supera en la actualidad 380 partes por millón cuando hasta un periodo reciente no se habían superado las 300 partes por millón.

La concentración de los dos principales gases causantes del efecto invernadero, el dióxido de carbono (CO2) y el metano (CH4) es ahora la más elevada de los últimos 800.000 años, según un informe publicado este jueves.


La concentración de CO2 supera en la actualidad 380 partes por millón cuando hasta un periodo reciente no se habían superado las 300 partes por millón y hace 667.000 años se llegó a un mínimo de 172, según las cifras comunicadas por el Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS).


En el caso del CH4, se ha constatado en la actualidad que hay 1.800 partes por cada 1.000 millones, mientras en el pasado había variado entre 350 y 800.


Las cifras son el resultado de un examen de muestras de hielo a una profundidad de hasta 3.270 metros en el casquete polar de la Antártida realizado por científicos franceses de las universidades Joseph Fourier y Saint Quentin, así como de la Universidad de Berna en Suiza.


Esos cilindros de hielo, extraídos en las proximidades de la base científica franco-italiana Concordia en el continente antártico, son los más antiguos analizados hasta ahora -el precedente récord era de 650.000 años-, y dan cuenta de la historia climática de la Tierra durante ocho sucesiones de periodos glaciares-interglaciares.


Los científicos que han trabajado con esas muestras de hielo, en las que quedaron atrapadas gotas de gases atmosféricos de tiempos remotos, han podido confirmar la correlación entre los cambios climáticos, y en particular la evolución de la temperatura de nuestro planeta, y el ciclo del carbono.


Sobre el metano, los investigadores han constatado que el incremento de la intensidad de los monzones en el sudeste asiático va de la mano con el alza de la concentración de este gas en la atmósfera. Una vinculación que tiene que ver en parte con la humedad o la capa de nieve en las alturas del Tíbet y con la insolación.