SALUD

La báscula no miente: el saber pesa... y puede dañar la espalda

¿Llevan los escolares demasiados kilos en sus mochilas? HERALDO visita un instituto de educación secundaria para comprobar, previo paso por la báscula, que casi todos los alumnos cargan con más del 10% de su peso, el límite recomendado por los expertos.

Rubén y Adrián Moreno, uno estudiante de la ESO y otro de Bachillerato, caminan arqueados hacia el instituto. A la espalda, entre 8 y 9 kilos. El curso pasado se les rompieron las mochilas por las costuras de las asas y no es porque hicieran nada fuera de lo común. Solo iban a clase, cargados de libros hasta los dientes. Y luego dicen que el saber ni pesa ni ocupa lugar...


El consejo de los expertos es que la mochila de los alumnos que caminan un tiempo medio de 30 minutos -entre ida y vuelta a clase- no supere el 10% de su peso. A partir de este porcentaje, nada garantiza que no surjan dolores de espalda que pueden complicarse en el futuro.


Pero, ¿realmente llevan los chavales tanto peso? Las modas (no hay adolescente que lleve la mochila en su sitio, lo que se lleva es colocarla bien baja, mejor si tapa el trasero) o la falta de un interés firme por el asunto hacen que muchos duden del peso real de las mochilas.


Sin embargo, basta con visitar cualquier colegio. Esta misma semana, HERALDO acudió a la salida de las clases del IES Ramón y Cajal de Zaragoza, donde 14 alumnos se prestaron voluntariamente a pesarse, con y sin mochila. La báscula no pudo ser más concreta: de los catorce estudiantes, todos menos una de las chicas llevaban a los hombros más del 10% de su peso corporal.


Los alumnos, de entre 2º de la ESO y 2º de Bachillerato (tenían de 13 a 17 años), se sometieron de buen grado a la prueba. En algunos casos, no obstante, las hormonas les jugaron una mala pasada: pocas chicas accedían a pesarse si la que acababa de hacerlo era la más delgada de la clase... Cosas de la edad. No obstante, superadas algunas vergüenzas y bajo la atenta mirada de la Policía Local, que se encontraba por la zona controlando el posible 'menudeo' de drogas y acudió a ver de qué iba el experimento, la báscula aportó resultados muy reveladores.


Si en algunos casos las bolsas sobrepasaron ligeramente el 10%, en otros supusieron entre el 14% y el 18% del peso de quienes las cargaban. Este fue el caso de N. B., de 2º de Bachillerato (17 años), que el pasado miércoles -cuando se llevó a cabo el pesaje-, batió el récord de kilos sobre sus hombros. "A veces ni me caben los libros dentro de la mochila", aseguró el joven. Ese miércoles cargaba con un fardo de 10 kilos (el 18,69% de su peso).


Muchos coincidieron, además, en que hay días que llevan aún más kilos a cuestas, algo que suele ocurrir los viernes. También explicaron que no se atreven a llegar a clase sin los manuales, porque podrían molestar al profesor y porque a veces es difícil seguir el ritmo de la asignatura si no se tiene el libro de estudio delante.


Ana, miembro de la APA de este instituto, recalca que el peso de las mochilas preocupa, y mucho, a los padres. "El año pasado, mis hijos destrozaron las mochilas, y eso es por el peso de los libros. Muchos días se quejan de que les duelen los hombros o la espalda, pero de momento parece no haber solución", concreta.


No la hay, al menos, a partir de Secundaria. En Infantil y Primaria, algunos centros apuestan porque los pequeños dejen el material en clase. Sin embargo, cuando cumplen los 10 o 12 años, desaparecen las opciones para ahorrarles peso.


Problema inaudito en el siglo XXI No obstante, no hay que alarmarse. Los expertos insisten en que mucho peso en la mochila no deja secuelas graves en la espalda. Pero que el daño no sea grande no quiere decir que no haya que aplicar remedios.


En este punto insiste el jefe de la sección de Traumatología y Ortopedia Infantil del Hospital Miguel Servet, Juan Bregante, un especialista que precisa que el peso de la mochila no es un motivo común de consulta, y que tampoco se ajusta a la verdad el promulgar que estos kilos acaban generado escoliosis o desviaciones de columna. No obstante, lejos de restar importancia al problema, Bregante avanza un poco más en las acciones a tomar.


"Si la pregunta es si este peso se traduce en consultas por escoliosis o desviaciones, la respuesta es no. Pero si lo que se cuestiona es si es normal que los chavales, en pleno siglo XXI, vayan cargados así a clase, la respuesta es no, y no por mis conocimientos de traumatología sino por puro sentido común", concreta.


Desde su punto de vista, la era de la ergonomía debe llegar a las aulas, y son los colegios los que deben comenzar a tomar medidas, porque el diagnóstico es claro. En algunos centros de Sevilla, Barcelona o Valencia ya se deja el material en casilleros o en taquillas. Italia y Francia incluso han regulado el peso de las mochilas, y hay sentencias que sancionan algunas prácticas. En Aragón, de momento, no hay acciones decididas.