SANIDAD

Investigan si la madre de una víctima del mal de las vacas locas ha muerto por esta enfermedad

Si se confirma este supuesto sería el primer caso del mundo en el que dos miembros de la misma familia han perdido la vida por la enfermedad de Creutzfeld-Jakob.

Las autoridades sanitarias investigan el fallecimiento de una mujer castellanoleonesa relacionado con la variante en humanos de la encefalopatía espongiforme, conocida como mal de las vacas locas, que había perdido un hijo el pasado mes de febrero aquejado de esta patología.


Así lo ha informado el jefe de la Unidad de Neuropatología de la Fundación Hospital de Alcorcón (Madrid), centro de referencia nacional, Alberto Rábano, quien ha precisado que si se confirma este supuesto sería "el primer caso del mundo" en el que dos miembros de la misma familia han perdido la vida por la enfermedad de Creutzfeld-Jakob.


La mujer, de unos sesenta años, murió la semana pasada en el Hospital de León, donde se le practicó la autopsia y las pruebas fueron enviadas al laboratorio de referencia en que se analizarán los tejidos.


Este caso, que supondría la tercera víctima mortal registrada en Castilla y León por la enfermedad en tan sólo ocho meses, ha sido también notificado al Instituto de Salud Carlos III de Madrid.


La fallecida sufría una enfermedad neurológica sin determinar, sospechosa de ser la variante humana de las vacas locas, lo que ha activado los protocolos que se siguen para confirmar la naturaleza de una patología que se transmite por la ingesta de carne infectada.


Los análisis pueden tardar hasta un mes en arrojar resultados, mientras se llevan a cabo otras pruebas histológicas, concretamente una de tejidos frescos en un centro de referencia de Bilbao.


El catedrático y presidente del Colegio de Veterinarios, Juan José Badiola, ha recordado que la contaminación se produjo antes de la puesta en marcha del sistema de vigilancia actual, que entró en vigor en 2001.


Badiola ha reiterado su teoría de que, dado que esta enfermedad tiene un proceso de incubación que oscila entre los ocho y diez años, podrían aparecer nuevos casos en humanos en este plazo.


El ministro de Sanidad, Bernat Soria, tampoco descartó, cuando se hicieron públicos los otros dos fallecimientos, que aparezcan más casos en humanos, tal y como Europa predijo cuando se detectó la enfermedad en las reses.