PERIODISTA

Iñaki Gabilondo: «Ser independiente es hablar con tu propia voz»

Reclama volver a las esencias del periodismo tradicional, al tiempo que confiesa estar sorprendido por «humildad» de Aragón.

Iñaki Gabilondo.
Iñaki Gabilondo: «Ser independiente es hablar con tu propia voz»
J.M. MARCO

¿Cómo se ve a Zaragoza y a Aragón desde Madrid?

Zaragoza representa la realidad española. Es un territorio muy importante, del que sorprende un poco su humildad. Ha tenido, y tiene, motivos para 'sacar pecho', pero no lo hace. Es una tierra discreta, con una solera extraordinaria, que recoge de forma clara el corazón de España.

Pues hay quien ha tachado a Aragón de «insolidario».

Asociar a Aragón con la insolidaridad es una dislocación de manicomio. Las guerras del agua son siempre complejas, pero decir que Aragón es insolidario es casi cómico. Más bien se puede decir lo contrario, que es una tierra que no ha sido tratada solidariamente. Y ahí está el ejemplo de Teruel, que ha tenido que alzar la voz, y decir que 'existe', para que se le haga algo de caso.

¿En qué momento profesional se encuentra Iñaki Gabilondo?

En un momento nuevo y muy intenso. Cuando acabé mi trabajo en CNN + desconocía el torrente de cosas que me iban a caer encima. Pero es un momento un tanto disperso.

Es que el periodismo se tambalea...

No, lo que se está tambaleando es el concepto de empresa periodística tal y como se tenía hasta ahora. Está cambiando la fórmula tradicional del periodismo para llegar a sus destinatarios, el soporte, y también el modelo de negocio. Fíjese bien, en la mayoría de las ocasiones en las que ahora se habla de 'la crisis del periodismo', de lo que se habla en realidad es de empresas o de tecnología...

Pero el periodismo, la labor y profesión de informar, también está en crisis...

Cierto. Hay una crisis de empresas, otra de tecnología, y una tercera, que es la que más me preocupa, de la labor de informar. Y lo malo es que esta última está siendo relegada por las otras dos, cuando en realidad es la más importante.

El periodismo de la Transición, ¿ya no volverá?

No, y no sería bueno, porque tampoco volverá la propia Transición. En aquel tiempo pasaron cosas muy importantes, que influyeron mucho en España. En política, por ejemplo, existía una conciencia, asumida por todos, de lo que era verdaderamente importante para el país. Había una capacidad de acuerdo que yo me atrevería a decir que se ha perdido en la actualidad.

Y en el periodismo...

Los profesionales estábamos muy subordinados a la sociedad a la que servíamos, y todos erámos conscientes de ello. España vivía un momento especial y los periodistas, ya fueran de derechas o de izquierdas, teníamos muy claro que lo sustancial era el compromiso con la sociedad. Yo siempre he pensado que el periodista es el administrador de un bien ajeno, que es el derecho a la información de los ciudadanos. Y me da la sensación de que muchos profesionales se han olvidado de esa condición y persiguen otras cosas: notoriedad, éxitos, dinero.. Ahora pesa más el adjetivo que el sustantivo.

Y a cualquier cosa se le llama 'periodismo'.

Claro, es un término polisémico que admite oficios que no tienen nada que ver entre ellos. Y hay mucha banalización, sin que nadie le ponga freno. El paro es el mayor enemigo de la libertad de expresión.

¿Cuál es, pues, la solución?

O el periodismo va al encuentro de la gente o se muere. O recupera su sentido para los ciudadanos y defiende sus derechos, o desaparecerá. Si conecta con los poderes financieros o políticos se extinguirá. El periodismo, hoy, está amenazado por la propaganda.

Hay que volver a los periodistas sin ideología.

No. Hay que apostar por el periodismo independiente. Tener una ideología propia no tiene nada que ver con ser independiente, al menos así lo veo yo. Ser independiente es hablar en nombre de tu propia voz, no ser un ventrílocuo y repetir lo que te piden que digas. No ser una pieza en un engranaje político o económico.