IGUALDAD

Hombres contra el machismo

El movimiento masculino por la igualdad y contra la violencia de género respalda la lucha feminista con una cadena de encuentros y movilizaciones.

Los hombres igualitarios no quieren ser una moda pasajera. Al contrario, ellos mismos recalcan que "no somos héroes ni salvadores", se muestran "recelosos de la cosa pública" y aclaran que cuando salen a la calle -como este sábado en Madrid Una Asamblea de Hombres contra la Violencia de Género lo hacen "como referencia de grupo para reforzar el trabajo personal" de concienciación y compromiso masculino con la igualdad. Y, sobre todo, para dejar patente su apoyo al movimiento feminista, "que lleva muchísimos años luchando".


Desde esa plataforma de grupos y varones antimachistas, Mariano Nieto apunta que tal compromiso exige un trabajo de por vida porque el machismo "es una especie de adicción que nos meten a los hombres y no se cambia en un día: en cuanto te descuidas, aflora en el momento menos pensado". Por eso José María Galdo, coorganizador del I Congreso Nacional de Hombres por la Igualdad concluido este sábado en Zaragoza, advierte de que la igualdad real solamente se conquista con el cambio de actitudes y comportamientos "en el día a día", con el compromiso cotidiano "fuera y dentro de casa".


"En el discurso todos sabemos ser igualitarios", añade el presidente de la asociación Hombres por la Igualdad en Aragón.


Nieto completa el razonamiento: "somos proigualitarios, pero no igualitarios". Se necesita -añade- un "activismo interior de reflexión autobiográfica" para analizar las conductas diarias, tan plagadas de pequeños gestos machistas, a menudo inconscientes e involuntarios, "micromachistas" si se quiere, pero que contribuyen a mantener "la desigualdad y la posición de predominio masculino".


De ahí brota precisamente la terrible lacra de la violencia machista, y por eso, remacha, "para luchar contra ella hay que empezar por uno mismo".


En ese empeño están los grupos de Hombres por la Igualdad (HxI), que desde sus primeros pasitos sevillanos y valencianos en 1985 han caminado mucho, hasta cubrir el mapa español con sus actividades. Antes del Congreso zaragozano y la manifestación madrileña de este sábado, el Grupo Prometeo había organizado hace dos semanas en León las I Jornadas sobre Hombres e Igualdad de Género. Y ahora seguirán las II Jornadas Estatales sobre la Condición Masculina (6 al 8 de noviembre en Jerez, donde nació en 1999 un programa pionero de Hombres por la Igualdad impulsado por el Ayuntamiento) y un encuentro sobre Nuevas Masculinidades contra la Violencia de Género organizado el día 7 en Santiago por Homes Galegos pola Igualdade.


Compartir para ser feliz


La razón de ese creciente compromiso queda clara desde el mismo lema del I Congreso Nacional de HxI: "La igualdad (también) es cosa de hombres". Y son igualmente precisos sus objetivos, que el director del encuentro zaragozano, Francisco Rivarés, resume con un rotundo "hay que cambiar el modelo de masculinidad". Es urgente buscar "nuevos modelos alejados del actual patriarcado", que no es más que una "construcción cultural" discriminatoria para las mujeres. Lo corrobora Rosa Borraz, directora del coorganizador Instituto Aragonés de la Mujer, que anima a "romper estereotipos y roles tradicionales" y a hacer efectiva la igualdad en la vida cotidiana "compartiendo poder, trabajo, casa y afectos".


Porque también los hombres saldrán ganando, añade, y cada vez son más los que pueden "transmitir a otros experiencias positivas" que los hacen "más felices". Por ejemplo, compartir el cuidado de hijas e hijos, vivir un mundo afectivo sin prejuicios o, en suma, "ayudar a construir una sociedad más justa". Y también son cada vez más los que, como remarca el secretario del Grupo Prometeo, Enrique Díez Gutiérrez, "estamos cansados del macho hispánico" que tiene que ir seduciendo y plantando cara. "Creemos en otro tipo de sociedad", recalca, y "tenemos que romper con la masculinidad hegemónica" para "buscar un espacio común de diálogo y aprendizaje" con las mujeres y el movimiento feminista.