FIESTA DE TODOS LOS SANTOS

Halloween sin truco y a buen precio

El arraigo creciente de Halloween puede comprobarse por la oferta, también cada vez mayor, de disfraces y otros complementos propios de esa tradición importada. Los bazares asiáticos son una muestra de ello.

Brujas, vampiros, demonios y calabazas, los disfraces más económicos de los bazares asiáticos.
Halloween sin truco y a buen precio
ESTHER CASAS

Hace ya unos años que la tradición de disfrazarse en la víspera de la festividad de Todos los Santos, importada con el Halloween de los países anglosajones, ha arraigado con fuerza por estas latitudes. Grandes y pequeños aprovechan estos días previos para adquirir artículos y disfraces para la 'siniestra' fiesta de origen irlandés. En Zaragoza existen varias tiendas especializadas en este tipo de vestimentas que venden no solo estos artículos, también otros propios de festividades como el carnaval y, en general, para cualquier tipo de ocasión.


Para quienes andan con prisas en estos días y no quieren gastarse mucho dinero en disfraces más elaborados, existe la alternativa de los bazares asiáticos, que ofrecen una amplia gama de productos dedicados a Halloween. Disfraces de calabaza, de vampiro, de diablo o de bruja; espadas con calaveras, maquillaje, artículos de broma y un sinfín de modelos de calabazas de plástico de todos los tamaños pueblan los estantes y percheros de estas tiendas que, durante estas fechas, ven como la afluencia de clientes aumenta.


Vampiros y brujas


La fiesta no solo atrae a los más pequeños de la casa. En uno de estos bazares, situado en el Coso zaragozano, Marta Díaz, una de las dependientas de la tienda, cuenta que "estamos vendiendo más disfraces para adultos que para niños". "El de calabaza es, sin duda, el más solicitado". Marta explica que, en general, las ventas van muy bien y que, "para los hombres, los que más éxito tienen son los disfraces de vampiro y, en mujeres, los de bruja". "La tienda es un ir y venir de gente en busca de su atuendo ideal", relata Marta.


De hecho, la clave de este éxito es el precio: el disfraz más caro cuesta 16,80 euros y el más barato, 7,80. El resto de artículos de Halloween no supera los 6 euros.


Marta no es de origen asiático pero comenta que en China no se celebra esta festividad y que resulta curiosa para esta comunidad.


Una cliente de la tienda apostilla: "Es una fiesta que no entiendo". "A los muertos hay que respetarlos", añade mientras sostiene en la mano un disfraz de diablesa para una nieta. "No sé por qué hay que disfrazarse en esta fecha", concluye.


Respecto a la indumentaria que se luce en el día de Todos los Santos, la Conferencia Episcopal Española animó recientemente a que los niños se disfracen de santos en lugar de vestirse de brujas o calaveras la noche de Halloween, para que "les sirva como estímulo para seguir con su vida cristiana", como indicó el secretario técnico de la Comisión Episcopal de Liturgia, Juan María Canals Casas, que se sumó así a la propuesta hecha previamente por la Conferencia Británica para la vigilia de la festividad, que ha sugerido realizar actividades divertidas para los niños y disfrazarse de santos como San Jorge, San Francisco o Santa Lucía.


Dando calabazas


Además de la vestimenta, existe otra tradición importada de los países anglosajones. Consiste en vaciar una calabaza y hacerle unos cortes en forma de ojos y boca para luego colocar una vela en su interior. Algunos supermercados de la ciudad ofrecen ahora esta hortaliza a un precio que ronda los tres euros. "Se venden, sobre todo, para que los niños las decoren en el colegio". "Estos días no hago más que dar calabazas", bromea una cajera.