JUNTO A LA CUEVA DE EL SOPLAO

Hallan en Cantabria uno de los yacimientos de ámbar más importantes del mundo

Un grupo de científicos e investigadores del Instituto Geológico y Minero de España ha descubierto en Rábago (Cantabria), a unos tres kilómetros de la cueva de El Soplao, un yacimiento de ámbar que data del Cretácico Inferior (hace 110 millones de años). Todo apunta a que el hallazgo sea el más importante que hay de este tipo en España y probablemente, también, de Europa y el mundo, ya que, además, contiene piezas con restos de insectos extinguidos "mucho antes" que los dinosaurios. El yacimiento destaca por la abundancia de masas de ámbar, especialmente aquellas que son más fosilíferas y que se conocen como 'chorreduras'. En su interior se han hallado restos de insectos, que pertenecen a géneros o familias que ya no existen en la tierra y que además presentan un estado de conservación "excelente".


Los insectos quedaron atrapados en el ámbar hace 110 millones de años, cuando Cantabria estaba inundada por el mar y por amplios estuarios y lagunas costeras bordeadas por bosques de coníferas, que exudaron la resina que generó este yacimiento. Por otro lado, se ha comprobado que algunos de los mosquitos hallados en el ámbar se alimentaban de la sangre de los dinosaurios, aunque "lamentablemente" su ADN no se ha podido conservar "después de tantos años", por lo que la idea de recrear un Parque Jurásico "es una fantasía". Además de arácnidos e, incluso, telas de araña, en el yacimiento de El Soplao, también se han encontrado restos vegetales y el ámbar azul "más antiguo que se conoce".


El hallazgo fue presentado por los investigadores Enrique Peñalver e Idoia Rosales que, junto con María Najarro, descubrieron el yacimiento. Los tres pertenecen al Instituto Geológico y Minero de España (IGME). Su director, José Pedro Calvo y el consejero de Cultura, Turismo y Deporte del Gobierno de Cantabria, Francisco Javier López Marcano, también asistieron al acto de presentación. Y es que ambas instituciones firmaron a finales de 2007, junto a la empresa SIEC, S.A., un convenio de colaboración en el marco del cual se han desarrollado las investigaciones y los hallazgos.


Muy escasos


Según destacaron los científicos, los yacimientos con ámbar del Cretácico son "muy escasos" en el mundo, al contrario de lo que sucede con ámbar de edad más reciente como del Cenozoico (o era Terciaria, periodo geológico que se inició hace unos 65 millones de años y se extiende hasta la actualidad). Por ello, la presencia de inclusiones biológicas tales como insectos sólo se ha podido documentar en "unos pocos" yacimientos del Cretácico Inferior en países, como Líbano, Jordania, Reino Unido y Austria.


En España existen más yacimientos con ámbar, pero muy pocos contienen esta sustancia en grandes cantidades y sólo dos de ellos -uno ubicado en Álava y el otro en Teruel- presentan insectos y otros artrópodos como inclusiones con "cierta relevancia". En cuanto a la época de la que datan los distintos yacimientos, Peñalver explicó que se ha encontrado ámbar incluso del Carbonífero (período de la Era Paleozoica que se extiende desde los 360 a los 300 millones de años antes de la actualidad) o del Triásico (comenzó hace aproximadamente 250 millones de años y acabó hace unos 200 millones de años) pero en cantidades "minúsculas" y sin insectos en el interior de las piezas.


Entre los más antiguos figuran los hallados en las zonas de Líbano e Israel pero, a diferencia del descubierto ahora en Cantabria, no están "bien datados". "El de El Soplao se sabe de forma concreta de cuándo es, pero el del Líbano no", contrastó Peñalver.


Insectos encontrados

En el yacimiento cántabro, se han encontrado restos de avispas, diversos tipos de moscas y mosquitos chupadores de sangre, cucarachas y chinches, entre otros muchos tipos de insectos que "aún siendo de pequeño tamaño, tuvieron un papel mucho más importante que los dinosaurios en los ecosistemas del pasado". En cualquier caso, la mayoría de los insectos hallados son especies desconocidas que deberán, por tanto, ser caracterizadas como nuevas especies para la ciencia. Cuentan, a pesar de su "muy pequeño" tamaño, con una conservación "excepcional", gracias a la cual se aprecian partes como alas o antenas. "La conservación es increíble. Se pueden estudiar los detalles", destacó Peñalver.


Además, se han encontrado arácnidos en un estado de conservación que permite estudiar, por ejemplo, las uñas de sus patas. En este sentido, se sabe que las usaban ya para andar por las telas "muy eficaces" que producían para cazar insectos. Por lo que respecta a los vegetales, los restos más abundantes encontrados corresponden a hojas de una conífera rara, perteneciente a una familia ya extinguida.


Información sobre el cambio climático


También aportará información sobre el cambio climático actual porque hace 110 millones de años, 45 millones de años antes de que un meteorito acabase con los dinosaurios, esta región del planeta tenía un clima subtropical muy caluroso, la atmósfera era mucho más rica en CO2 que la actual y por lo tanto, el efecto invernadero era muy acusado.


En la actualidad, el yacimiento está protegido y custodiado para poder continuar las investigaciones y los estudios porque, según Peñalver, "seguro que van a salir muchas más sorpresas". Además, destacó que "todo lo que sale" es nuevo por lo que "todo es interesante".