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"Carnaval, Carnaval..."

Peña Vaquillera (de esquiadores) y Las Migas (cerditos rosas)
"Carnaval, Carnaval..."
M. G. M.

Los peñistas no faltan nunca a una ocasión festiva, y el Carnaval no iba a ser menos. Como en cuenta cuenta los peñistas, ataviados todos con sus disfraces, han ido acudiendo a la plaza de Santa Engracia, de donde sale el gran desfile. 

 

La cabalgata recorrerá el paseo de la Independencia, el Coso y la calle de Alfonso I hasta llegar a la plaza del Pilar.

 

Resaca festiva

Poco o nada tiene que envidiar el Concurso de Guasas del carnaval de Zaragoza a las afamadas chirigotas gaditanas o a las murgas de Canarias. Anoche las peñas dieron una lección de ingenio y humor somarda y demostraron que si de reírse de uno mismo se trata, los aragoneses tenemos material para dar y regalar: que si las obras del tranvía, que si la ley de lenguas, que si Gran Scala, que si la trama de La Muela...


El fuego lo abrió Gran Vía 22 (nombre artístico de la peña Pa'cutio), con quince integrantes que cantaron a la crisis, al tranvía, a la gripe A y, cómo no, a los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022. Versioneando las canciones más populares de Rafaella Carrá, los 'pa'cutienses' lamentaban que el ERE les cause una depresión o que con el virus de la gripe no pudieran dar besicos.

 

"Dame 'argo', dame 'argo'. Que la vida está mu mala y tenemos que hacer de gorrillas", pedía entre el público Nito Gutiérrez, de la Vinomán, una peña gastronómica que 'va por libre' y que en anteriores ediciones habían conseguido dos segundos premios. Con estrambóticos sombreros y algún que otro maletín de la SGAE, los Vinomán fueron los encargados de cerrar el certamen en la carpa de Torrerramona, poco antes de la actuación de Lola Moreno.

 

Los títulos de las 'guasas' eran tan pintorescos como su puesta en escena y hacían mofa sobre temas de actualidad: 'La cagué, la cagué, a Zapatero yo voté', 'La crisis que nos parió' o 'Los foranos en tranvía' se sucedieron en el escenario mientras el humorista Jaime Ocaña ejercía de maestro de ceremonias. "Cada año van mejorando, se nota que se 'curran' más las letras y el público, a pesar del frío, también está más animado", comentaba anoche Braulio Cantera, presidente de Interpeñas.


El concurso de cuchufletas alcanzaba este 2010 su quinta edición y sus impulsores no solo exprimían el ingenio de sus letras, sino también la sonoridad de decenas de instrumentos artesanos, rudimentarios y propios de virtuosos 'luthiers'. Bombos, cajas y pitos de caña sirvieron para 'animar el cotarro' y "para bailar a ritmo de 'bossa nova', aunque lo que la crisis requiere sea una marcha fúnebre", bromeaban.