CONCILIACIÓN FAMILIAR

"Es fundamental que las empresas sean flexibles"

Alberto y Marian son afortunados: trabajan los dos y tienen dos hijos pequeños, pero sus horarios laborales les permiten pasar bastante tiempo juntos. Alberto Alberdi es funcionario del Ayuntamiento de Zaragoza, trabaja de 8 a 3 en instalaciones deportivas. Marian Lorenzo es administrativa y tiene jornada reducida, de 8 a 13 (ahora, excepcionalmente, de 7 a 14).


La jornada está organizada como un reloj. La organización y las abuelas son fundamentales para llegar a todo. Por la mañana, los padres se van a trabajar y viene una de las abuelas (se turnan) a levantar, vestir y dar de desayunar a los niños. La abuela lleva a Samuel, de cuatro años, al colegio y a Izan, de dos, a la guardería. También les recoge a mediodía. Después llega Marian, comen los tres, vuelve a llevar al mayor al colegio y el pequeño duerme la siesta. A las 16.30 sale Samuel del cole. Y siguen las meriendas, el parque (si el tiempo lo permite), baños, cenas, lavadoras…


Marian trabajaba con jornada partida y decidió pedir la reducción del horario después de que naciera Samuel. "Tenía claro que quería pasar tiempo con el chico. En la empresa me permitieron reducir la jornada y son flexibles. En verano solicité tener más vacaciones y lo estoy recuperando con horas durante el año. Es fundamental que las empresas sean flexibles con los horarios para poder conciliar la vida familiar y laboral", asegura. Ella está contenta con su situación, pero critica que en otros sitios las mujeres "tienen miedo" de quedarse embarazadas y perder su empleo. "El tiempo pasado con los niños es una inversión social. Estamos formando a las personitas del futuro", asegura.