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Francia prohíbe los tratamientos adelgazantes alternativos a la liposucción

Avanzan que quienes pretendan aplicar tratamientos de disolución de la grasa corporal tendrán de «demostrar su eficacia y su inocuidad» de la misma forma que lo tienen que hacer las técnicas terapéuticas.

Tratamiento adelgazante
Francia prohíbe los tratamientos adelgazantes alternativos a la liposucción
HA

 Las terapias alternativas a la liposucción basadas en la disolución de la grasa corporal, prohibidas en Francia desde el pasado día 12, tendrán que demostrar su inocuidad y su eficacia antes de ser autorizadas, precisó la Alta Autoridad de Sanidad (HAS).


La responsable del departamento de evaluación de la HAS, Sun Hae Lee Robin, avanzó que quienes pretendan aplicar esos tratamientos habrán de «demostrar su eficacia y su inocuidad» de la misma forma que lo tienen que hacer las técnicas terapéuticas.


Lee Robin justificó la prohibición que entró en vigor hace una semana porque «no se conocen realmente las consecuencias, ni la amplitud, ni las condiciones técnicas en que se realizan» esos tratamientos a los que se recurre para adelgazar en lugar de la liposucción.


Mesoterapia, ultrasonidos, radiofrecuencias. láser

Sobre la base de un informe científico de la HAS del pasado mes de diciembre, las autoridades sanitarias francesas proscribieron las técnicas basadas en la disolución de los tejidos adiposos, tanto las que requieren la inyección de sustancias, como las que no precisan de perforación de la piel (ultrasonidos, radiofrecuencias o láser).


La responsable del organismo consultivo advirtió de las complicaciones «muy graves» que se han dado en algunos pacientes que se sometieron a lipólisis, el proceso que consiste en transformar los lípidos del organismo en ácidos grasos y en glicerol para ser consumidos posteriormente por el cuerpo.


Entre otras posibles consecuencias de la lipólisis, mencionó las infecciones generalizadas, la pérdida de substancia o las necrosis cutáneas como las más peligrosas.


«La falta de aspiración de la grasa disuelta supone un problema» por las dudas sobre qué ocurre con ella después, puntualizó. Lee Robin, que lideró el estudio de la HAS, señaló que la prohibición supone aplicar «el principio de precaución» hasta que se conozca en detalle la amplitud de los efectos de estas técnicas.


Aunque la investigadora reconoció que los casos graves «no son muy frecuentes», se remitió a ellos como prueba de la «peligrosidad» de un fenómeno cuya magnitud en Francia es desconocida por la falta de estadísticas fiables.


El informe diferencia entre las lipólisis que suponen la introducción de un agente químico o térmico en el tejido adiposo para disolver las grasas, y las técnicas no invasivas, es decir las que utilizan productos de forma externa.


Así, mientras que las primeras se consideran un «peligro grave para la salud humana», las segundas entrañan «una sospecha de peligro grave». En cualquier caso, el Ministerio de Sanidad decidió prohibir unas y otras.


Entre los tratamientos que ya no se pueden realizar en Francia, están la inyección de una solución hipoosmolar -que provoca la explosión de las células adiposas-, la mesoterapia -microinyecciones de productos homeopáticos-, la carboxiterapia -inyección de dióxido de carbono- o el láser transcutáneo.


Lee Robin constató que «continuamente aparecen nuevas técnicas cuyo mecanismo de actuación es destruir las células adiposas, pero que no las eliminan». La probable presentación de las conclusiones de la HAS en congresos internacionales, abre la puerta al debate sobre la regulación en otros países de la Unión Europea donde no hay una normativa específica.