MODA

Francia llora al genial, provocador y libre dios de la moda

Francia comenzó a despedir al modisto Yves Saint-Laurent, artista genial, provocador y libre, "artesano fabricante de felicidad", como se definía él mismo, y gran mito de la historia de la moda del siglo XX, que falleció anoche a los 71 años.


El gran tímido que fue Yves Saint-Laurent, quien conoció muy pronto la gloria internacional sin que mermase en lo más mínimo su enorme hipersensibilidad, murió en su domicilio parisiense tras haber luchado durante un año contra un tumor cerebral.


El gigante de la indumentaria femenina se extinguió seis años después de haber dejado de ejercer su arte.


Con él y con su inmenso talento iluminó a la mujer con elementos tan precisos y vitales como son todavía hoy la cazadora negra (1960), el esmoquin (1962) y la sahariana (1969), tres clásicos ya eternos que él colocó por primera vez sobre la silueta femenina.

Escotes y transparencias


La misma que entre las décadas de los 80 y los 90 fue él también el primero en desvestir, en modelos de gala escotadísimos o transparentes, con el pecho al descubierto o con osadas aperturas laterales que comenzaban a veces ya en la cintura.


Gran artista del color, capaz de reunir en un solo modelo tonos en otras manos imposibles, Yves Saint-Laurent dio también a la mujer el traje pantalón, las bermudas y la trenca, llevado por su inspiración fundamental de convertir en femenino lo masculino.


Convencido como estaba, sin embargo, de que "el más bello vestido que puede lucir una mujer son los brazos del hombre que ama", afirmaba, además, que "cuando no tienen la suerte de encontrar esta felicidad, estoy yo", según recuerda hoy al rendirle homenaje el vespertino "Le Monde".


Amante de lo exótico, de África, continente donde nació, el 1 de agosto de 1936 en Orán (Argelia), en el seno de una familia acomodada, Saint-Laurent dejó igualmente traslucir en sus creaciones su amor por el arte, al que dedicó colecciones enteras, inspiradas en Mondrian, Picasso, Braque o Andy Warhol.

Funeral


Los funerales por el modisto, que tendrán lugar en la céntrica Iglesia de San Roque, el próximo jueves a las 15.30 horas (13.30 GMT), se anuncian multitudinarios.


El modisto será incinerado y sus cenizas se depositarán en una sepultura en los jardines Majorelle de Marraquech (Marruecos), colindantes con la residencia que Saint-Laurent y Bergé compraron en 1980.


Toda Francia comenzó ya a llorar la pérdida de una de sus figuras más universales, incluido el presidente de la República, Nicolas Sarkozy, cuya tercera esposa, la cantante Carla Bruni, trabajó para el maestro en su época de 'top-model'.

La moda como arte


Con Saint-Laurent, dijo el jefe de Estado, "desapareció uno de los más grandes nombres de la moda, el primero en elevar la alta costura al rango de arte, dándole un resplandor planetario".


Fue, en efecto, Yves Saint-Laurent el primer modisto invitado a exponer sus obras en un museo, el Metropolitan de Nueva York, en 1983, donde se le dedicó en fechas tan tempranas una retrospectiva sobre sus primeros 25 años de carrera.

Condecorado


Dos años después, el presidente socialista François Mitterrand condecoró con las insignias de caballero de la Legión de Honor al entonces ya mito viviente que revolucionó la indumentaria femenina del siglo XX.


Emisoras, periódicos, políticos, colegas, artistas y personalidades múltiples han comenzado a rendirle homenaje póstumo, y a recordar que Saint-Laurent fue quien dio "el poder" a las mujeres, después de que Mademoiselle Coco, desde la plataforma Chanel, les hubiese dado "la libertad".


Su gran amigo y colaborador, Pierre Bergé, quien dirigió con él durante cuarenta años la firma Yves-Saint Laurent, expresó su emoción pero, sobre todo, quiso recordar que el artista "era reservado y tímido, pero podía ser alegre y muy divertido".


"Sabía perfectamente lo que hacía", y "había revolucionado la alta costura", además de ser plenamente consciente de que "había transformado el mundo y la moda" y de que "todas las mujeres del mundo le deben en cierta forma algo", consideró.