SALUD

Nolasc Acarín: "El fracaso escolar puede favorecer el alzhéimer"

Cuando se tiene tendencia a perder las llaves, lo aconsejable es ser más ordenado e ir menos atolondrado. Cosa distinta es cuando se olvida para qué sirven las llaves.

Nolasc Acarín: "El fracaso escolar puede favorecer  el alzhéimer"
Nolasc Acarín: "El fracaso escolar puede favorecer el alzhéimer"

Cuando se tiene tendencia a perder las llaves, lo aconsejable es ser más ordenado e ir menos atolondrado. Cosa distinta es cuando se olvida para qué sirven las llaves. En este caso, se impone un examen neurológico". Nolasc Acarín (Barcelona, 1941), ofrece en esta frase de su libro 'Alzheimer. Manual de instrucciones' una de las claves sobre la enfermedad neurodegerativa más frecuente de la especie humana. Un mal que afecta en mayor medida a quienes menos ejercitan el cerebro, por lo que Acarín alerta de que el fracaso escolar y la jubilación anticipada pueden favorecer su aparición.

Hace un siglo, en 1910, se puso nombre a esta demencia después de que el alemán Alois Alzheimer publicase, en 1906, la primera descripción clínica y patológica de la enfermedad. Pero, como apunta Acarín, "ahora hay más alzhéimer que hace cien años" porque afecta sobre todo a los mayores. Y si en España en 1910 vivían un millón de personas de más de 65 años, ahora hay ocho millones, tres de ellos con más de 85 años. Se estima que en España sufren demencia unas 800.000 personas. La mayoría, el 60%, padece alzhéimer, y el resto otras enfermedades neurodegenerativas que suelen meterse en el mismo saco por su similitud.

Coste tremendo: 30.000 millones

Esta alta incidencia provoca que la repercusión económica del mal de Alzheimer sea enorme: el neurólogo Acarín calcula que, al año, supone entre los 25.000 y los 30.000 millones de euros en España. "Es tremendo, porque eso, ¿quién lo va a pagar? ¿las familias, la Administración, la Seguridad Social?", se pregunta. Una de las quejas de los familiares de enfermos de alzhéimer es que la Ley de Dependencia contempla más las enfermedades físicas que las mentales, pese a lo incapacitante que es esta dolencia. "La Ley de Dependencia, hecha con la mejor intención, está paralizada. Y eso es un escándalo. Van haciendo test y evaluaciones a los pacientes, se les promete que ya recibirán algún aviso, y así pasa un mes, un año, dos años esperando y nadie dice nada", lamenta Acarín.

El especialista en Neurología teme que algunos factores de nuestra sociedad, como el fracaso escolar o la jubilación anticipada, contribuyan a hacer a la sociedad aún más vulnerable frente al alzhéimer y, por tanto, se incrementen los casos en el futuro.

Basa su afirmación en los estudios sobre una orden religiosa estadounidense dedicada a la enseñanza, la de Notre Dame, que en 1990 suscribió un acuerdo para permitir analizar neurológicamente a sus monjas. Este estudio, que Acarín refleja en su libro, demuestra que el nivel de cultura influye en el desarrollo del alzhéimer. Así, las monjas que mantenían activo el cerebro, practicaban la habilidad lingüística, mostraban destreza en el léxico y buena sintaxis, aunque tuvieran las lesiones cerebrales propias del envejecimiento, no habían desarrollado alzhéimer. En cambio, las monjas con menos formación, que dejaban a los 60 años de dar clases y se dedicaban a limpiar escaleras o atender el teléfono, sufrían con mayor facilidad el mal.

"Por eso insisto en que cuidado con la formación de los niños, porque si no les damos los instrumentos para que puedan trabajar su cerebro aprendiendo y manteniendo el ejercicio mental, serán más vulnerables. Y con la jubilación pasa lo mismo: en España la edad media para jubilarse es de 62,3 años. Estas personas pasan de estar muy activas mentalmente a no hacer nada, a mirar un poco el periódico, a engancharse a la tele... y al final acaban mirando la pared". Porque, insiste, la pérdida de estímulos acarrea la merma de la capacidad mental.

El experto también hace hincapié en la importancia de mantenerse activo socialmente. "Relacionarse con otras personas, jugar a las cartas, tocar y escuchar música, leer, cantar, bailar", recomienda Acarín. Y no bajar la guardia, porque entonces se puede entrar en la espiral de la demencia.

Cuanto antes se detecta el mal, mejor para ralentizar el proceso de deterioro neurodegenerativo. "Los afectados no suelen ser conscientes de lo que les pasa, por eso las familias deben llevarlos a la consulta si observan algún comportamiento anómalo, como que dejan las llaves en el frigorífico o se pierden en la calle".