CURIOSIDADES

Fernando el Católico, el rey del ajedrez

La figura del monarca aragonés nacido en Sos preside un nuevo tablero del juego milenario, presentado recientemente en el Hospital del Rey de la ciudad de Melilla.

Las figuras de los Reyes Católicos, como aparecen en el ajedrez.
Fernando el Católico, el rey del ajedrez
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¿Sabían ustedes que Isabel la Católica fue una pionera de los movimientos feministas y que, gracias a ella, a su influencia como mujer fuerte y adelantada de su tiempo, el juego de ajedrez, sí, ese entretenimiento de orígenes orientales milenarios, cambió sus reglas y reconvirtió el rol de la dama en el más poderoso de todo el tablero? Pues ya va siendo hora de saberlo y de dejar de pensar en ella únicamente como la austera soberana que tardaba más de lo necesario en meterse en la ducha. Y es que nunca es tarde para aprender cosas nuevas, como las que hemos aprendido gracias a la presentación, hace unos pocos días, del Ajedrez Histórico de Melilla.

Pues resulta -según me hace saber el promotor de esta iniciativa, Juanjo Florensa- que "en aquella época, en Valencia, la pieza de la dama se transforma en un nuevo y poderoso movimiento influido por la figura de la augusta soberana". El consumado 'ajedrecistólogo', o como se diga, José Antonio Garzón Roger, no tiene empacho en señalar que "la importancia de la figura de la reina anticipa en el tablero de ajedrez la gran revolución femenina que terminará por gestarse en la sociedad moderna".

En este nuevo tablero melillense, cuyas piezas ha diseñado el escultor local José Gámez -en tres tamaños, en bronce y resina de poliéster-, las clásicas piezas han sido sustituidas por figuras emblemáticas de la conquista de la ciudad española, que fue una empresa llevada a cabo por el ducado de Medina Sidonia en 1547 por encargo de los Reyes Católicos, con el liderazgo al frente de las tropas de Pedro de Estopiñán, comendador de la casa ducal.

Pedro de Estopiñán es, en este ajedrez histórico, el alfil; Guzmán el Bueno, duque de Medina Sidonia, que está en el escudo de Melilla, es la torre (aquella torre de Tarifa donde, frente a sus enemigos, fue capaz de anteponer los deberes con la patria a su amor de padre); un dragón, que está también en el escudo de Melilla, es el caballo; los ballesteros que combatieron al mando de Estopiñán en esta conquista son los peones, y el rey y la reina están representados, claro, por Isabel y Fernando, nuestro Fernando aragonés.

¿Tanto monta?

Por cierto, entre las cosas que hicieron los monarcas, una fue unificar el sistema monetario, convirtiendo el maravedí en moneda y unidad de cuenta (frente al excelente de Granada, el real de plata y la blanca de vellón), algo así como inventar el euro español, y aun europeo, pues esta medida española fue imitada por otros varios países. Desde la Pragmática de Medina del Campo (del 14 de junio de 1497) el maravedí se mantuvo como unidad de cuenta en el sistema monetario español hasta la reforma fiscal del ministro de Hacienda don Alejandro Mon y Menéndez, del año 1854, cuando fue sustituido por el real.

Total, que, dejándonos de curiosidades históricas, el hecho es que ya tenemos a nuestro Fernando II, aquel soberano aragonés que sirvió de modelo a Maquiavelo para perfilar su tratado del 'Príncipe', convertido en pieza de ajedrez. Eso sí, desmintiendo aquel famoso lema de "Tanto monta, monta tanto". Porque, al menos sobre el tablero, la que monta de verdad es la soberana, que anda por ajedrezado como Pedro por su casa, mientras al soberano solo se le permite un pasito de alivio. Y es que el ajedrez es como la propia vida, en la que quienes siempre han mandado de verdad son las señoras. Que se lo pregunten a Isabel, que hasta sabía latín, aunque no frecuentase suficientemente el cuarto de baño...

"La importancia de la figura de la reina anticipó en el tablero la revolución femenina que terminó por gestarse"