Farolas apagadas en una plaza peatonal

Tomás González atraviesa habitualmente la plaza de la Convivencia, en Zaragoza, y lo hace a unas horas en las que empieza a anochecer. Luego, sin iluminación artificial, caminar por allí prácticamente a oscuras se convierte en una osadía. "Casi da miedo pasar, hay que ir con precaución por el riesgo de seguridad para los ciudadanos", cuenta este lector.

"¿Por qué hay doce farolas desde hace un año que no funcionan? ¿Para qué están allí entonces?", se pregunta. "Lo que debería hacer la institución responsable es encenderlas o quitarlas, pero no dejarlas así, porque ahora mismo no sirven para nada", prosigue.

La plaza de la Convivencia está incluida en las obras de las esquinas del Psiquiátrico y limita con Vía Universitas y con la calle Duquesa Villahermosa. "Yo -dice González- no vivo en esa zona, pero ahora paso con frecuencia por allí". Cuando observó la completa oscuridad en la que queda sumida esa plaza, llamó al Ayuntamiento de Zaragoza para que le explicaran cuál era el problema por el que estas farolas no funcionaban. "Un responsable del servicio de alumbrado me dijo en ese momento que, al parecer, se debía a que el traspaso de competencias aún no se había producido".

Este extremo, sin embargo, es aclarado por fuentes municipales: el Consistorio ya ha recibido esta obra, dentro de un conjunto de infraestructuras más amplio. La solución a la iluminación de esta plaza peatonal, interior, vendrá en el momento en el que se pongan en marcha los equipamientos.

Tras completar todos los trámites administrativos de la cesión por parte del Gobierno de Aragón, el Ayuntamiento asumió este espacio urbano el 22 de diciembre de 2008, informaron desde el departamento de Obras Públicas de la DGA.

Tomás González puso de manifiesto la importancia de dotar de luz a esta plaza peatonal, dada la proximidad de un centro de salud. En su opinión, "hay que contar con una iluminación adecuada para garantizar la seguridad ciudadana".