GENTE

Fama y dinero: patente de corso

Actores diseñando moda, futbolistas sacando perfumes, cineastas criando vinos, toreros cantando... Aprovechar el estatus facilita el intrusismo

Mientras el común de los mortales sueña con tener mucho dinero para tumbarse a la bartola, la millonaria heredera hotelera Paris Hilton se desvive por hacer carrera como actriz (en enero estrenará en los cines ‘Repo! The genetic opera’). Ella lo explica así: "No quiero ser conocida como la nieta de los Hilton. Quiero ser conocida como Paris". A muchos famosos, ni siquiera haber obtenido el éxito con su trabajo les basta, y aprovechan su popularidad o su fortuna para meterse en campos profesionales ajenos, con desiguales resultados.


¿Quién no recuerda al torero Jesulín tratando de vender discos cantando aquello de "toda, toda, toda te necesito...", al cocinero Karlos Arguiñano interpretando un personajillo en la película ‘Airbag’, a la modelo Cindy Crawford dando clases de gimnasia en vídeo o incluso al actor Ronald Reagan convertido en presidente? Cada cual prueba suerte como puede.


Los famosos siempre han estado muy solicitados por la industria para. Los fabricantes aprovechan el glamur, la popularidad o las cualidades de actores, deportistas y otras celebridades para asociarlos a su género y hacerlo así más atractivo. Pero, de un tiempo a esta parte, parece que esos maniquíes de lujo han pasado a la ofensiva.


Apenas sorprende ya que una cantante como Madonna diseñe una línea de ropa para la cadena H&M, o que la actriz Penélope Cruz haga lo propio junto a su hermana Mónica con Mango. Y parece que la colaboración hace felices a ambas partes. Desde H&M aseguran que este tipo de relaciones "no es un fin en sí mismo" y que obedece al deseo de ofrecer al cliente "algo nuevo". Aunque también han invitado a diseñadores profesionales (caso de Karl Lagerfeld o próximamente Matthew Williamson), eligieron a Madonna "por tratarse de un icono de la moda y compartir con ella la misma visión sobre esta: el deseo de expresarnos de una manera única y personal". Para Mango, se trata de "ofrecer algo extra a sus clientes, un producto más personal, y diferenciarse de otras marcas".


Madonna hizo su colección "de la mano" de Margareta van den Bosch, mientras que el de Penélope y Mónica Cruz para Mango fue un trabajo "en equipo". Aunque Penélope aseguró a la prensa que su colección "son 25 piezas de las que nosotras somos responsables, gusten o no", y agregó que diseñar no les era algo ajeno: "Cuando éramos niñas cogíamos un montón de revistas de mi madre y nos escondíamos en el baño jugando a ser diseñadoras". Su éxito como actrices les ha facilitado hacer de verdad algo que para otras niñas sin tanta suerte se quedó sólo en un juego.


La moda, en sus distintas vertientes, ha servido de campo de experimentación a infinidad de famosos: los Beckham -él futbolista y ella cantante- son el paradigma del partido que se le puede sacar. No solo han hecho de modelos, también han comercializado sus propios perfumes y líneas de ropa, convirtiéndose a sí mismos en una auténtica marca.


Un clásico es también, en parte gracias a la moda de los cameos, la incursión de celebridades de todo pelaje en películas y series: desde jugadores de baloncesto como Michael Jordan (‘Space jam’) o Shaquille O’Neal (‘Steel: el justiciero’) a modelos como Mar Flores (‘Los años desnudos’) o Inés Sastre (‘Vidoq’), por no hablar de la frecuente etiqueta de ‘cantante y actriz’ de estrellas como Jennifer Lopez o la misma Madonna.


Otra de las áreas que han atraído mucho a ‘intrusos’ es la gastronomía. Desde la línea de aliños creada por Paul Newman (cuyas ganancias van a fines benéficos) a los vinos de Imanol Arias o Gérard Depardieu, pasando por la gama de alimentación Mammarella (con pastas y salsas al más puro estilo italiano) de Francis Ford Coppola.


Hay más. Entre las iniciativas más recientes está ofrecer a famosos la posibilidad de ejercer por un día como editores de un periódico. El cantante Bono -de U2- tuvo el honor de realizar para el británico ‘The Independent’ y la revista ‘Vanity Fair’ la tarea más importante que un periodista puede asumir: seleccionar las noticias que se publicarán. Su portada en el diario, memorable, decía: "Hoy no hay noticias" (con el subtítulo "Solamente que 6.500 africanos han muerto hoy debido a una enfermedad prevenible y tratable", en alusión al sida). Hace apenas unos días, el también cantante James Blunt hizo lo propio invitado por el diario gratuito ‘Metro’.