MEDIO AMBIENTE

Expertos de 189 países buscan frenar la acelerada pérdida de biodiversidad

La pesca comercial, por ejemplo, será imposible en solo tres décadas si sigue la extinción de especies animales al ritmo actual.

La Novena Conferencia de las Partes (COP9) de la Convención sobre Biodiversidad de la ONU comenzó ayer en Bonn (Alemania) con la misión de diseñar una nueva hoja de ruta para preservar la biodiversidad y cumplir con el objetivo de Naciones Unidas de frenar la extinción de especies en 2010.


Ante representantes de 189 países, el ministro alemán de Medio Ambiente, Sigmar Gabriel, aseguró que es necesario un "cambio de rumbo", ya que el camino actual en protección natural "conducirá al fracaso". Expresó su confianza en que la conferencia conseguirá consensuar "decisiones ambiciosas" y aseguró que es necesario diseñar con "urgencia" el "esqueleto" de un acuerdo internacional, que pueda concretarse en medidas legales en Japón en 2010.


Con el lema "Una naturaleza. Un mundo. Nuestro futuro", los cerca de 6.000 delegados que participan hasta el día 30 en este encuentro se enfrentarán, según Gabriel, a la "tarea hercúlea" de alcanzar un consenso que permita avanzar en la lucha contra la desaparición de las especies.


Afirmó que será necesario "flexibilizar las posturas" si se quiere concluir el encuentro con un "claro mandato" de futuro y no con "toneladas de papel mojado".


Gabriel alertó de los peligros que amenazan la biodiversidad y destacó el exterminio de las especies marinas que, de seguir al ritmo actual, acabará con la pesca comercial en 2050 y, por añadidura, con el suministro de proteínas "de los 1.000 millones de personas más pobres del planeta", indicó.


Precisamente, la Lista Roja de Aves en peligro de extinción, que cada año elaboran la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y la organización BirdLife, ha incluido este año a otras ocho especies amenazadas por las consecuencias del cambio climático.


La jefa del Programa de las Especies de UICN, Jane Smart, explicó ayer en Bonn que el cambio climático y la transformación de los bosques en campos de cultivo para biocombustibles han originado un empeoramiento en el hábitat de veinticuatro de las 1.226 especies de aves que están en peligro de extinción.


Smart aludió a las largas sequías y a los climas extremos inesperados entre los factores más mortíferos para estas especies. "Esta última actualización de la Lista Roja demuestra que las aves se encuentran bajo una enorme presión debido al cambio climático", afirmó, e instó a los participantes en la conferencia a adoptar medidas firmes para garantizar la supervivencia de la biodiversidad.


En este sentido, el ministro alemán de Medio Ambiente, Sigmar Gabriel, aseguró que el compromiso por la protección medioambiental no es una muestra de "ecologismo romántico", sino una cuestión que pasa por la propia supervivencia de la Humanidad.


Explicó que, si se cumplen las estimaciones y la población mundial alcanza los 9.000 millones de personas en 2050, "hará falta cada metro cuadrado de suelo fértil y cada litro de agua potable" para evitar los "enfrentamientos por los recursos naturales".


Gabriel admitió que uno de los temas de debate más espinosos de la cumbre será la denominada "biopiratería" y las reclamaciones de los países en vías de desarrollo, que exigen el pago de una suerte de "canon" por parte de las compañías que obtengan beneficios a través de la comercialización de sus recursos genéticos.