PRESUNTOS ABUSOS SEXUALES

El Vaticano niega que haya obstaculizado la investigación de abusos sexuales en Irlanda

La Santa Sede "desea aclarar rotundamente que en modo alguno ha intentado interferir con las investigaciones sobre casos de abuso infantil en la diócesis de Cloyne".

El Vaticano ha rechazado este sábado categóricamente las acusaciones formuladas por el Parlamento irlandés y por el primer ministro, Enda Kenny, de que la Santa Sede había obstaculizado la labor de investigación durante el desarrollo del llamado Informe Cloyne --que detalla los abusos perpetrados por 19 sacerdotes en esta diócesis irlandesa entre los años 1996 y 2009-- y desdeñado la política oficial del país que se refiere a las denuncias por abuso infantil.


La Santa Sede "desea aclarar rotundamente que en modo alguno ha intentado interferir con las investigaciones sobre casos de abuso infantil en la diócesis de Cloyne". "Es más, en ningún momento la Santa Sede buscó interferir con el Derecho Civil irlandés o impedir a las autoridades civiles el ejercicio de sus tareas", apunta la nota oficial.


El Vaticano responde así oficialmente por primera vez a la moción aprobada el pasado mes de julio por el Parlamento en la que deploraba el comportamiento de la Santa Sede por "afectar negativamente a la normativa para la protección infantil", después de darse a conocer una carta enviada por el Vaticano a los obispos irlandeses, en las que se tachaba el protocolo de actuación del Gobierno irlandés sobre las denuncias de abusos infantiles como meras "líneas generales de estudio".


El Vaticano, en su respuesta, precisa que estas acusaciones "infundadas" proceden de una interpretación incorrecta de una carta vaticana de 1997 en la que la Santa Sede expresaba "serias reservas" sobre la política de los obispos irlandeses de denunciar cualquier sospecha de abuso sexual a menores.


El Vaticano asume que los comentarios realizados en la carta del fallecido arzobispo Luciano Storero a los obispos irlandeses "están abiertos a ser malinterpretados y, desde ahí, generar una crítica comprensible", pero mantiene que la misiva jamás tuvo la intención de "ignorar los serios esfuerzos que los obispos de Irlanda han realizado a la hora de combatir el grave crimen de los abusos sexuales".


"La Santa Sede lamenta y se avergüenza del terrible sufrimiento que han padecido las víctimas de abuso y sus familias en el seno de la Iglesia de Jesucristo, un lugar donde esto jamás tendría que haber sucedido", apunta la nota oficial en relación a las conclusiones del informe.