DESPOBLACIÓN EN ARAGÓN

El primer niño de Concilio en 51 años

Diego González Auría es el primer bebé que nace en este pueblo (junto a Murillo de Gállego) en medio siglo. Sus padres regentan un hotel rural con encanto en la localidad y decidieron apostar por la vida en el campo.

Carlota y Jorge, con el pequeño Diego, junto a su hotel rural.
El primer niño de Concilio en 51 años

Concilio (Zaragoza) es un pequeño pueblo, "tal vez el más pequeño de España", matiza Jorge, uno de sus cinco habitantes. Tiene una calle, una iglesia, ocho casas, dos pajares y un pequeño hotel rural. Y, desde hace dos meses, tiene también un nuevo vecino. El pasado 21 de septiembre nació Diego González Auría, el primer niño en el pueblo en medio siglo.


"Su nacimiento fue una gran alegría en la familia y en el pueblo. Lo bautizamos el 7 de noviembre en la iglesia de Santa María de Concilio. Más de 60 personas vinieron con nosotros y luego tomamos una cholocatada en nuestro pequeño hotel rural con encanto", cuenta Jorge González, zaragozano de 31 años, el padre de Diego. La madre, Carlota Auría, de 32, nació en Zaragoza pero su familia procede de Concilio, una entidad menor que pertenece a Murillo de Gállego. El último niño nacido en Concilio, hace 51 años, fue Javier Auría, tío abuelo de Diego.


Jorge y Carlota se criaron en Zaragoza. Ella estudió Derecho y criminología, y él es músico y hacía instrumentos. En 2005 decidieron dar un giro a su vida e ir a vivir al campo. "Queríamos volver a la tierra de nuestros antepasados. Teníamos un corral de la familia de Carlota que estaba abandonado. Pensamos hacer un albergue de montaña, pero luego vimos que en la zona no había hoteles rurales", explica Jorge.


A principios de 2005 comenzaron las obras de rehabilitación y un año después abrieron el Corral de Concilio, un alojamiento con encanto situado en la plaza del pueblo. "Estamos contentos con el negocio y con nuestro modo de vida, tan distinto al de la ciudad. El sitio es idílico. La gente nos encuentra por internet. Es una zona muy turística, cerca de Murillo y de los Mallos de Riglos. Vienen buscadores de setas, cazadores y visitantes atraídos por el castillo de Loarre. El turismo rural y el turismo activo en torno al río Gállego hacen que esta zona se mantenga viva", afirma Jorge.


En Concilio solo viven cinco personas todo el año: Jorge, Carlota, Diego y una pareja mayor. Los fines de semana y en verano llegan a 15 habitantes. El pueblo está a solo cinco minutos de Ayerbe, donde acuden a comprar o al médico. Y cuando Diego tenga edad de ir al colegio, también le tocará trasladarse hasta el pueblo vecino. "Nos gustaría que nacieran más niños o vinieran familias con chicos pequeños, pero es improbable", apunta.


"Es un pueblo con mucho encanto. Es el único del mundo que se llama Concilio. Sabemos que en el siglo XIII tenía más de 1.000 habitantes. En 1215 hubo un incendio y solo quedaron seis casas en pie. Se cuentan muchas leyendas", cuenta Jorge con misterio.