POBREZA

El mundo nunca ha conocido cifras de desnutrición como las de este año

Los informes sobre el hambre en el mundo de la FAO, la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura, con sede en Roma, siempre son alarmantes, pero el último no tiene precedentes. El número de personas desnutridas ha pegado un salto tremendo de 100 millones de personas en un solo año, el de la crisis mundial, y ha roto récords: el hambre afecta ya a 1.020 millones de personas. La FAO lanzó su habitual llamamiento a hacer algo, sobre todo ante la inminente reunión del G-8 en L'Aquila, donde 20 países, entre ellos España, abordarán este tema concreto.


Es un gran fracaso de la política de las últimas dos décadas, desde que en 1996 se lanzó el desafío de reducir el hambre a la mitad, de los 800 millones de entonces a 400 millones para 2015. Justo entonces la cifra empezó a subir y ayer, un año después de la cumbre de urgencia de Roma y los buenos propósitos de los líderes mundiales, se pasó la barrera de los mil millones. Una sexta parte de la población mundial. Tras la cita de Roma estalló la crisis económica en toda su crudeza y se olvidaron las declaraciones. La alarma por el precio de los alimentos, que llevó a organizar la cumbre, era precisamente un síntoma previo de la quiebra general de la economía, que luego no ha hecho más que agravar el problema.


Según la FAO la crisis ha puesto en marcha una espiral de adversidades. Las cosechas de cereales han sido buenas y llegan a los mercados, pero el precio sigue siendo muy alto. A fines de 2008 era un 24% más caro que en 2006. Pero debido a la crisis la gente pobre gana menos dinero o ha perdido su trabajo, cuando dedica hasta el 60% de sus ingresos, casi todo lo que gana, a comer. La situación no tiene precedentes porque hasta los países más pobres estaban integrados en el mercado financiero y la crisis afecta a todos. No permite maniobras como la devaluación de moneda, préstamos o aumento de ayuda. Al contrario, los créditos y la cooperación se restringen: el FMI calcula que la ayuda se reducirá un 25 % en los 71 países más pobres del mundo. Las inversiones de empresas extranjeras también caerán hasta un 32% en 2009.


Estudiar el mal

Las remesas de emigrantes, otro pilar de estas economías, se rebajarán hasta un 8%, dice el Banco Mundial. Además, el parón del comercio mundial -hasta un 9% menos según la OMC- frenará las exportaciones de los países en desarrollo, otro golpe. La reacción de las familias será que la mujer trabaje, que los hijos dejen también la escuela, vender lo vendible y comer peor, que lleva a trabajar y estudiar mal. Un callejón sin salida. Asia y el Pacífico, con 642 millones de hambrientos, es la zona más castigada, pero el mayor porcentaje de la población, un 32%, está en África Subsahariana. El aumento más fuerte ha sido en Oriente Medio y África del Norte, un 13,5%, y en América Latina, única región donde retrocedía el hambre, también ha subido. «Esta crisis silenciosa es un serio riesgo para la paz y la seguridad mundiales», advirtió ayer el director general de la FAO, el senegalés, Jacques Diouf. La eterna receta de la FAO es actuar ya en las zonas más urgentes, invertir en los pequeños campesinos con semillas, fertilizantes y teconología y, a largo plazo, aumentar la producción mundial de alimentos con grandes inversiones en agricultura.