ESPECTÁCULO CELESTE

El apogeo de las Lágrimas de San Lorenzo será este año poco visible

La próxima noche, la más indicada para seguir el fenómeno.

El conocido fenómeno de la lluvia de estrellas fugaces del verano, denominado las Perseidas y conocido como las Lágrimas de San Lorenzo, que este año, por ser bisiesto se adelanta un día, no será muy visible, ya que el momento de máximo apogeo, con cien estrellas por hora, será al mediodía del martes.


Los aficionados a este fenómeno celestial del verano podrán disfrutarlo esta próxima noche desde gran parte del territorio español. En Aragón, la Agencia Estatal de Meteorología anuncia cielos nubosos en el tercio norte, con posibles lluvias en el Pirineo. Las nubes, aunque con menor probabilidad, también podrían dificultar la observación en el resto de la comunidad autónoma. Las temperaturas, en cambio, ayudarán en todo Aragón, porque la noche será agradable, con las mínimas en aumento. Mañana también se esperan nubes y lluvias en el norte de la comunidad, mientras que apenas habrá nubes en el resto.


Para la noche de hoy, las dificultades de observación se compartirán con la cornisa norte de la Península Ibérica, así como con zonas de Castilla y León y de Canarias, en donde se esperan cielos nubosos. En el resto del país, las condiciones serán favorables.


Fenómeno en disminución


Según explicó el asistente técnico del Planetario de Madrid Juan Antonio Bernedo, entre las 5 y las 6 de la madrugada del martes, se podrán observar hasta 50 meteoros por hora, con lo que será el momento de mayor visibilidad de las Perseidas, justo antes de la luz crepuscular del nuevo día. Sin embargo, el momento de mayor actividad, con un volumen de hasta 100 estrellas por hora, que no serán apreciables debido a la luz solar, se dará al mediodía de este martes, entre las 13.30 y las 16.00.


Esta lluvia de estrellas, formada de pequeñas partículas de diversos tamaños, algunas menores que un grano de arena, que el cometa Swift-Tuttle ha dejado a lo largo de su órbita en torno al Sol, que tarda 130 años en recorrer, viene siendo posible contemplarla ya desde todos aquellos lugares libres de nubes, en las noches de los últimos diez días, y es previsible que continúen brillando otros tantos más.


El fenómeno se produce cuando la Tierra, como sucede cada año, entra en esta corriente de partículas o "tubo meteórico", que tarda una veintena de días en atravesar; algunas partículas entran en la atmósfera a gran velocidad y se desintegran, dejando un trazo luminoso, que forma la lluvia de estrellas.


Las Perseidas, que toman su nombre de la constelación de Perseo, que es el lugar de donde parece provenir el tubo meteórico del cometa, que, desde la Tierra, aparece como infinito, tienen una intensidad que varía dependiendo del año; así, la última vez que el cometa Swift-Tuttle apareció, en 1992, se observaron más de 300 meteoros por hora, una cantidad que triplicaba al centenar habitual. Hace siete u ocho años la estela de partículas comenzó a disminuir, según Bernedo, quien explicó que, en algunas zonas, el cometa ha dejado mayor cantidad de materia, a causa de erupciones, entre otros motivos.


Este verano, una vez más, añadió Bernedo, los aficionados se sumarán a los profesionales astrónomos de todo el mundo para disfrutar de este tradicional fenómeno celestial. Los expertos enviarán los datos que se registren a la Organización Internacional de Meteoros para futuras previsiones.


Consejos para la observación


Entre otras recomendaciones para ver las Lágrimas de San Lorenzo, Bernedo aconseja a los aficionados acudir a lugares alejados de la ciudad, sin luz, para que los ojos se acostumbren a la oscuridad, que es desde donde mejor se puede apreciar el fenómeno. Y se recomienda la observación a simple vista, sin telescopio ni anteojos de ningún tipo, para poder abarcar el máximo campo de visión.


Los lugares del mundo óptimos para contemplar el fenómeno se sitúan en torno al norte del Océano Pacífico, el extremo oeste de Norteamérica y este de Japón y China. En cambio, en gran parte del hemisferio sur no podrá ser observado.


A pesar de su nombre popular, las Lágrimas de San Lorenzo no tienen lugar el día de San Lorenzo, que se celebra el 10 de agosto. Esa denominación procede de mediados del siglo XIX, cuando los campesinos de Irlanda observaron que la lluvia de estrellas era más intensa durante la noche del 9 de agosto, víspera de esta festividad. Sin embargo, la órbita del cometa se ha modificado ligeramente desde entonces, y por eso ahora se ve unos días después.