UNA SANA AFICIÓN

Del despacho a la pista de baile

Empezó a bailar tarde, pero lo hizo con ganas. Además de competir, preside las asociaciones de baile deportivo de Aragón.

Santiago Sáinz, en el Campeonato de España de 10 Bailes del año 2008, celebrado en el Pabellón Siglo XXI de Zaragoza.
Del despacho a la pista de baile
s. s.

Empezó a bailar con 43 años. Bueno, de joven iba a la discoteca. "Pero como todo el mundo, no cuenta", dice Santiago Sáinz. Más mayor, se apuntó junto a su mujer Mª Pilar a un curso, casi por casualidad, y les gustó. En 2002, esta pareja -en casa y en la pista- descubrió el baile deportivo y empezó a competir. Ahora, el despacho de Santiago está lleno de trofeos. Trabaja como consultor y siempre se dedicó a temas financieros, pero las medallas le han llegado por su pericia en el dance. "Parecen mundos opuestos, pero bailar es el contrapunto ideal a una profesión sedentaria e intelectual", señala. Aunque tiene copas enormes en su escritorio, él le otorga el mayor valor a una en concreto: su primer podio, una tercera posición en un campeonato en Tortosa.

 

Sus clientes, en sus propias palabras, "flipan". No así sus hijos, de 27 y 23 años. "No quieren saber nada, dicen que les damos mucho la paliza. Pero yo empecé tarde, hay esperanza. Y el que se mete en este mundillo -cuenta-, no sale". Y así debe de ser. Él se ha metido tanto que fue el primer aragonés que entró a formar parte de una junta directiva de la Asociación Española de Baile Deportivo, en enero de 2006. Y, entre las primeras decisiones de esa junta, estuvo la de constituir una Delegación Territorial en Aragón, que Santiago preside. "Desde allí, buscamos que hubiera más competiciones. Antes, había una o ninguna al año en Aragón. Y hemos llegado a tener cinco, e incluso a albergar un campeonato de España", se felicita.

 

"Mi trabajo en el baile no ha sido solo el de bailar", añade. Desde luego. Su meta, en el cargo, fue que la Dirección General de Deportes autorizara la constitución de clubes de baile deportivo, ya que antes no era posible. Eso cambió en mayo de 2006, cuando el Consejo Superior de Deportes reconocía el baile como actividad deportiva y empezaron los trámites para crear una Federación Nacional.

 

El trabajo desarrollado desde Aragón fue productivo: en noviembre de 2008 nace el primer club aragonés y ya hay casi 20. Uniendo fuerzas, en septiembre de 2009 se constituyó la Federación Aragonesa de Baile Deportivo de Competición, que Santiago también preside. Sin embargo, aún les queda un trámite, que espera se resuelva pronto: la DGA tiene que aprobar sus Estatutos e inscribirla en el Registro. "Las autoridades aragonesas siempre nos han apoyado. Pero si consiguiéramos estar reconocidos de pleno derecho para el segundo trimestre del año, mejor, porque entonces hay elecciones a la Federación española".

 

Mientras llega ese momento, Santiago sigue bailando. Si puede, el slow fox y el pasodoble, sus disciplinas favoritas. "Aunque mi mujer prefiere el tango y el cha cha chá", afirma este consultor, que nunca ha tenido que ir vestido de etiqueta al trabajo. "¡No, que la ropa de competición es muy incómoda!", revela. Aunque le da igual, porque no piensa dejarlo e incluso tiene pensado qué hacer cuando el cuerpo ya no le responda. "Hice un curso de juez e intentaré seguir en el mundillo", advierte.