SANCHO GRACIA, ACTOR

"Curro Jiménez es un símbolo de libertad pura"

Sancho Gracia, después de ser acicalado el pasado viernes en la peluquería Ayala.
"Curro Jiménez es un símbolo de libertad pura"
ESTHER CASAS

Antes de comenzar, me encantaría darle un abrazo en nombre de una paisana que en este momento le encantaría estar aquí y que, por causas de la vida, no puede.

Faltaría más. Uno y los que hagan falta.

Acabo de abrazar a un hombre al que no llaman como se llama: el nombre de Sancho Gracia no es Sancho Gracia.

Es correcto lo que afirma. Me llamo Félix Ángel. Mis apellidos nos remiten a esta tierra. Gracia viene directamente de la inclusa. Y Sancho es nombre de rey aragonés. Anote bien: "Cada uno de nos, que todos juntos valemos con vos, os facemos rey Sancho si juráis nuestros fueros y voluntades".

Más que un icono aragonés, usted representa un icono español.

Le juro que no soy un duendecillo de esos que aparecen en un teléfono móvil.

Curro Jiménez. Ante todo, usted es Curro Jiménez, el Robin Hood ibérico.

Curro Jiménez es un símbolo de libertad pura. Por encima de la lucha contra los franceses, esto es, la independencia, se luchaba por la libertad, algo que está por encima de cualquier ideología. A Curro lo masacraron, le violaron a su novia, fue perseguido, luchó sin tregua con el poder establecido. Hace más de 30 años que la produje e interpreté, y todavía continúa instalada en la memoria del público.

¿Tantos años no han desgastado su imagen?

Al político italiano Andreotti le hicieron esta misma pregunta y contestó que el poder desgasta sobre todo al que no lo tiene.

¡Ay, don Giulio...!

Al menos en esa idea pienso totalmente como él.

No se le ve socarrado después de tantas décadas en escena.

Pienso que he sabido viajar de la televisión al teatro pasando por el cine.

Su aspecto es inmejorable.

Julio Ayala me ha hecho un buen arreglo. Es mi peluquero.

¿Viene a Zaragoza a cortarse el pelo y a afeitarse?

Por supuesto. Julio trabajaba en Barcelona con Pascual Iranzo, que era el peluquero del rey. A menudo cojo el AVE y vengo a que me arregle un poquito. Ya ve cómo me ha dejado.

Además, ha venido al Teatro Principal. ¿Qué trae de nuevo Sancho Gracia?

Traigo alegría, amor por el teatro, ganas de vivir.

Se aprecia en usted un pasión obsesiva por la vida.

Superé hace unos años un cáncer de pulmón. Me quitaron uno y respiro con el otro. Sé lo que es pelear al límite. Por supuesto, lucho a tope, no pierdo ni un minuto, ni un segundo.

Hábleme de su actual obra, 'La cena de los generales'.

Ya estuve en Zaragoza encarnando el papel de Goya. Ahora nos atrevemos con una obra contextualizada en la Guerra Civil. Hay 18 personajes. Narros es un director con talento. Pienso que puede pegar. Vendremos de nuevo el 17, 18 y 19 de diciembre, con Fedra, un espectáculo de danza flamenca que produciré con Celestino Aranda.

Además cuenta con un heredero, con su hijo, Rodolfo Sancho, el sacerdote de la serie 'La Señora'. Vaya estirpe: un padre bandolero y un hijo cura.

Mi hijo será bastante mejor actor que yo. Lo único que hago mejor que él es montar a caballo. "La libertad está por encima de cualquier ideología"