MUERTE DIGNA

Cerca de 2.800 aragoneses han redactado testamento vital

Aragón es, tras Cataluña, la segunda comunidad donde la tasa de inscritos es más alta

Cualquier persona puede dejar escrito que en el futuro, en caso de incapacidad física o mental, no le alimenten artificialmente o le conecten a un respirador. Su petición queda recogida en el Registro de Voluntades Anticipadas de Aragón, y los médicos respetarán su deseo. A fecha de 15 de septiembre de 2008, 2.761 aragoneses mayores de edad han hecho su Documento de Voluntades Anticipadas (o testamento vital). La mayoría son mujeres (62%), habitantes del medio urbano (83%) y rondan los 54 años.


Aragón fue una de las primeras comunidades autónomas en poner en marcha el Registro de Voluntades Anticipadas, en 2003, tras Cataluña y Navarra, y a la par que el País Vasco. Ahora, todas las regiones cuentan con un registro de estas características y más de 50.000 personas han presentado su documento. En cifras relativas, Aragón es la segunda Comunidad en la que se han inscrito más personas: 207 por cada cien mil habitantes -según datos de 1 de junio-, tras Cataluña (242).


"Poder determinar previamente qué tratamiento médico quiere uno recibir si está incapacitado es un gran avance social. Y la ley garantiza que se respetará su voluntad", asegura Javier Quintín, responsable del Registro de voluntades anticipadas del Gobierno de Aragón. En el testamento vital, la persona manifiesta qué tratamiento quiere -o rechaza- recibir si una enfermedad le impide poder expresarse. Más de la mitad de los inscritos (57%) son testigos de Jehová que no desean recibir transfusiones de sangre o hemoderivados, algo que prohíbe su religión. Cuando el Registro se puso en marcha, el 92% de los inscritos eran testigos de Jehová. Con el tiempo, cada vez más personas con otras motivaciones se han ido apuntando a este recurso.


De hecho, otro grupo numeroso (46%) declara que no quiere que se le prolongue la vida artificialmente. Piden una limitación del esfuerzo terapéutico (LET), cuando ya no hay posibilidad de curación. Hay mucha diferencia entre hombres y mujeres: ellas representan el 62% de los inscritos. "Esta diferencia se debe fundamentalmente al síndrome del cuidador. Las mujeres están más en contacto con familiares enfermos, en situaciones muy duras. Y no quieren que sus hijos pasen por lo mismo en el futuro", explica Quintín.


La tramitación es muy sencilla. Cualquier persona mayor de edad, capaz, puede otorgar el documento de voluntades anticipadas. El Gobierno de Aragón ofrece un modelo (se puede ver en la página web www.aragon.es o en los centros sanitarios), pero también se puede redactar otro diferente. Y puede otorgarse ante notario o -gratuitamente- en el Registro de Voluntades Anticipadas del Servicio Aragonés de Salud, mediante declaración ante tres testigos.


En el documento también se puede declarar el deseo sobre las donaciones de órganos y el destino del cuerpo tras la muerte. En Aragón, 684 personas han dejado escrito que quieren donar sus órganos para transplantes. Además, 616 piden que su cuerpo sea incinerado y 158 que sea donado para investigación.