PRESIDENTA DE AMAC-GEMA

"El enfermo de cáncer debe seguir vivo, no puede morir en vida"

La presidenta de la Asociación de Mujeres Aragonesas de Cáncer Genital y de Mama, María José Aybar, subraya la importancia del entorno a la hora de afrontar una enfermedad como el cáncer de mama.

María José Aybar
"Cada día hay más tratamientos a la carta para afrontar el cáncer"
A. M.

María José Aybar es la presidenta de la Asociación de Mujeres Aragonesas de Cáncer Genital y de Mama (AMAC-GEMA) desde la fundación de la misma en 1994. Tiene 61 años y padeció su primer cáncer de mama a los 42. Años más tarde, lo sufrió por segunda vez, por lo que sabe perfectamente qué siente una mujer cuando un médico le diagnostica esta enfermedad.


¿Qué pasa por la cabeza de una mujer cuando le diagnostican cáncer de mama?


Es como una bala. En seguida ves la muerte. En mi caso, cuando me diagnosticaron el primer cáncer con 42 años, le dije al médico que me había tocado morir. Él me tranquilizó. En ese momento pasa por tu mente la película de tu vida... me quedé clavada, pero me dije que esa película no tenía final todavía, que seguro que respondía bien al tratamiento.


Y así fue...


Sí, pero también hubo ratos malos, fases de rabia. Te preguntas por qué te ha tocado a ti, qué has hecho mal, en qué has fallado. Tienes sentimientos de culpa porque piensas que has hecho algo mal.


¿Cómo se afronta un golpe tan duro? ¿Cómo se supera esta enfermedad?


Lo más importante es tener una buena comunicación con el entorno, en mi caso con mis hijos, que entonces tenían 17 y 20 años, y mi marido. Me habían diagnosticado cáncer, pero sabía que saldría adelante, quería ver cómo crecían mis hijos y eso me daba fuerza. Igual de importante que mantener la comunicación con la familia es que no te agobien, que te dejen tu propio espacio. A veces lloraba y venían a consolarme, pero yo les decía que aquello no era más que una expresión de mis sentimientos, que no me ahogaran.


No debe ser sencillo asumir toda la información que te empieza a llegar.


Es básico tener confianza en el médico y en su equipo. Cualquier pequeña duda hay que preguntársela. Las primeras veces que visitas al médico te bloqueas, lo ves como a un ser superior. A mí me vino muy bien llevar siempre una libreta encima donde anotar todo. La relación entre médico y paciente, que en ocasiones es distante, debe ser cercana.


¿Es la detección precoz la mejor herramienta para abordar el cáncer de mama?


Es importante que cada mujer conozca su cuerpo haciéndose autoexploraciones. Ella es la primera que debe notar una anomalía y trasladárselo rápidamente a su médico. También es básico que acudan a las campañas de cribado.


Usted ha denunciado la dificultad para acceder al mercado laboral tras padecer cáncer de mama. ¿Hasta qué punto es así?


Si a las dificultades para tener trabajo en este momento le añadimos el incoveniente que, en ocasiones, supone ser mujer, y encima haber pasado cáncer de mama, te encuentras ante un panorama muy complejo. En muchas ocasiones se practican linfadorectomías (una extracción de los ganglios linfáticos) que no permiten hacer esfuerzos en un brazo, por lo que muchas mujeres deben aprender a desenvolverse con el otro. Esto es complejo en el caso de camareras o peluqueras, que necesitan trabajar con las manos.


¿Qué les diría a aquellas personas que les acaban de detectar un tumor?


Que deben mantenerse vivos, que no mueran en vida. Cada día hay más tratamientos a la carta y más avanzados. Además, como comentaba, es importantísima la comunicación con la familia y los amigos. Y que se apoyen en asociaciones como la nuestra.