NAVIDAD

Al abrigo de las nuevas 'plazas públicas'

Los grandes centros comerciales se convierten estos días en una alternativa de ocio infantil divertida, barata y cómoda.

Al abrigo de las nuevas 'plazas públicas'
Al abrigo de las nuevas 'plazas públicas'
ESTHER CASAS

Esperanza Ortega con su hija María de 6 años, la amiga de esta, Laura, de su misma edad y su sobrina Sara, de 10, quedó el martes, en mitad del acueducto festivo, en el centro comercial Augusta con otra amiga con dos hijas para pasar la tarde. "Muy a menudo no suelo venir porque me agobia tanta gente, pero con la llegada del frío es una opción más, aunque ellas en casa son felices, se disfrazan, se pintan...", explicaba tras hacerles una foto a las tres en el show de los renos autómatas. Las niñas tenían clara su preferencia, el cine, pero ese día tocaba la ludoteca del establecimiento y ojeada a los escaparates.

"Los puntos de socialización se han desplazado con el comercio y el ocio hacia las grandes superficies, que se han transformado en las nuevas plazas públicas", asegura Pablo García Ruiz, profesor de Sociología de la Empresa de la Universidad de Zaragoza.

Basta con acercarse cualquier tarde de estas a uno de estos 'paseos'. En estas fechas navideñas se vuelcan en actividades con gancho para los peques (aunque las ludotecas funcionan también el resto del año). Y lo más interesante, gratuitas. Así, las familias comparten lonjas y pasillos con los grupos de adolescentes a la caza de la camiseta chollo y la tranquilidad de los jubilados que aprovechan sillones, bancos y el calorcillo.

"Aunque salgas a la puerta de la esquina, algo te cuesta. Aquí tienes una oferta gratuita y está claro que al final acabas comprando algo", reconocía Santiago, sin perder de vista a Sergio, de 3 años, alucinado con los renos de Augusta. La mañana la habían pasado en Plaza Imperial y ya estaba algo cansado de tiendas. Unos metros más allá, una pandilla de diez chicas ajenas al espectáculo navideño. "Hemos venido a ver y a probarnos ropa y zapatos, así podemos pasar tres o cuatro horas", reconocían entre risas Laura y Noelia.

"El que se hayan convertido en lugares atractivos y de entretenimiento, y más en estas fechas en las que los más pequeños son el centro de las decisiones, los convierten en un buen plan para un sábado por la tarde o un domingo por la mañana", opina Pablo García.

Todo está estudiado, pura estrategia comercial, pero para el sociólogo "la gente, y más en tiempos de crisis, tiene una capacidad de control sobre su gasto, porque sabe el presupuesto del que dispone, y no se la manipula tan fácilmente".