Ramsés II descansa en París

La Villette acoge el préstamo excepcional del sarcófago del faraón, un guiño a Francia por salvar la momia del rey de los hongos.

'Ramsés y el oro de los faraones' en la Grande Halle de La Villette.
'Ramsés y el oro de los faraones' en la Grande Halle de La Villette.
'Ramsés y el oro de los faraones'

El sarcófago de Ramsés II, el último gran faraón egipcio, ha vuelto a París casi 50 años después de su primera visita. El féretro, hecho con madera de cedro de Líbano, es la gran estrella de la exposición 'Ramsés y el oro de los faraones', que se puede ver hasta el 6 de septiembre en la Grande Halle de La Villette, en el norte de la capital francesa. Se trata de un préstamo excepcional de Egipto a Francia en agradecimiento a que un equipo de expertos franceses salvó en 1976 la momia de Ramsés II (1305 a.C.-1213 a.C.) de una invasión de hongos.

La momia fue recibida hace 47 años en Francia con todos los honores de un jefe de Estado, con alfombra roja y Guardia Republicana incluidas, y trasladada al Museo del Hombre para el tratamiento. El sarcófago se mostró entonces al público en la exposición 'Ramsés, el Grande', que tuvo lugar en el Grand Palais.

Este ataúd de madera fue el lugar de descanso final del faraón, pero no el sarcófago original. Cuando murió a los 92 años, le enterraron con todo el oro y el esplendor que le correspondía a un hombre del máximo rango, pero más tarde su tumba fue saqueada, al igual que otras tumbas en el Valle de los Reyes.

Los sacerdotes sacaron los restos reales para protegerlos. Depositaron los de Ramsés en este ataúd de madera, que pasó por distintos escondites y permaneció oculto durante 2.800 años. Su momia fue descubierta en 1881 junto a otras, también reales, en el escondrijo de Deir el-Bahari.

La tapa del féretro muestra la cara tallada de Ramsés II, con un nemes (tocado funerario de tela) decorado con una cobra, barba postiza, brazos cruzados sobre el pecho y con un cetro heka y un látigo, símbolos del faraón, en las manos. El ataúd está decorado con los cartuchos del rey y textos que explican el viaje del féretro por distintos lugares.

Mitad hombre, mitad león

Casi medio siglo después de su primer viaje a la capital francesa, el sarcófago del faraón viajó de El Cairo a París a bordo de un avión de Air France. Esta vez, la momia se quedó en Egipto, ya que por su fragilidad no puede viajar. Está expuesta en el Museo Nacional de la Civilización Egipcia (NMEC) en El Cairo.

La exposición 'Ramsés y el oro de los faraones' muestra 180 piezas del antiguo Egipto, desde estatuas a joyas, pasando por sarcófagos, máscaras de oro, arcos y flechas, amuletos y un obelisco. Por primera vez se exponen algunas de estas obras fuera de Egipto, como, por ejemplo, un Coloso de Ramsés II de piedra caliza o una cabeza de granito rosa con los rasgos del faraón.

Durante el recorrido, el visitante descubre quién era el rey, hijo del faraón Seti I y de su gran esposa real Tuya. Ramsés tuvo al menos ocho mujeres, entre las que destacan Nefertari e Isis-Nefert, 50 hijos y 60 hijas.

Ramsés el Grande, que accedió al trono a los 25 años tras la muerte de su padre, reinó en Egipto durante 67 años. Su largo reinado dio lugar a una etapa de paz y gran prosperidad. Fue un gran constructor. Fundó la ciudad de Pi-Ramsés y construyó templos por todo Egipto y Nubia, como los de Karnak, Luxor, Abidos y Abu Simbel.

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