Tefi, el perro guía del futuro
El ingenio creado por el investigador del CSIC Gerardo Portilla ayudará a los invidentes mediante la inteligencia artificial que identifica objetos y personas.
Los perros guía están entrenados para ayudar, sobre todo a las personas ciegas. A estos canes se les entrena desde que son cachorros. Su demanda en España es tan alta que la lista de espera tiene una demora media de cuatro años. Estas circunstancias y una conversación con un conocido ciego le dieron a Gerardo Portilla, investigador de robótica del CSIC, la idea para desarrollar el primer prototipo de un perro guía robótico.
«Conocía la tecnología de los robots con patas porque mi tesis doctoral se centró en ellos», cuenta Portilla. El invento ha sido bautizado con el nombre de Tefi, que proviene de las siglas del centro del CSIC en Madrid, donde se está llevando a cabo su programación: Instituto de Tecnologías Físicas y de la Información.
«Desde 2010, esta tecnología ha avanzado mucho, abaratando los precios de su desarrollo. En comparación con los 35.000 euros que cuesta un perro guía de carne y hueso, Tefi ronda los 5.000». En cuanto a sus características principales, Tefi puede subir y bajar escaleras, soportar golpes o volver a levantarse cuando se cae. Además, se le pueden dar ‘órdenes’ para que te lleve a los lugares que quieras, tanto en el interior de un edificio como el exterior.
Para ello, «se apoya en la tecnología de GPS de Google, que indica cómo puede llegarse a estos destinos». «Por ejemplo, si necesitas coger el coche para ir a la peluquería, Tefi puede llamar a un taxi para que venga a recogerte y te lleve y lo puedes subir al vehículo sin problema porque es como una maleta. Asimismo, está equipado con modelos de inteligencia artificial para que pueda detectar semáforos, pasos de cebra, personas, farolas o coches, entre otros obstáculos», explica su creador.
Detectar humo
Adema, añade Portilla, «estamos agregando sensores para que Tefi pueda detectar gas metano, humo (en caso de incendio) y mecanismos para conectarlo a los relojes que miden la presión arterial y que llame a emergencias si es necesario».
La principal dificultad que están encontrando en el desarrollo de este perro robótico es probarlo con personas ciegas, para conocer su reacción y su opinión al respecto. «A medida que la prensa se hace eco de Tefi son más las personas que se están interesando en probarlo, pero al principio fue complejo», cuenta.
Igualmente, dotar al robot con la capacidad de mantener y entender una conversación natural, independientemente de las expresiones utilizadas al hablar por el usuario, también está añadiendo algo de dificultad. «No todo se puede basar en comandos. La inteligencia artificial de Tefi debe ser tan perfecta que pueda interpretar la voz en cualquier situación», explica Portilla, a la vez que recuerda que las tecnologías como ChatGPT «nos están ayudando a mejorar esta funcionalidad».
«Desde que lo logre, calculo que en un máximo de tres años las personas ciegas podrían tener acceso a estos perros robóticos», asegura el investigador.
