Tercer Milenio

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Un misterio prehistórico sin resolver: ¿quién fabricaba herramientas de piedra hace tres millones de años?

Las herramientas conocidas como olduvayenses podrían haber sido fabricadas por homininos anteriores a los primeros Homo. 

Diversas herramientas de piedra –dos núcleos y cinco lascas– encontradas en Nyayanga, Kenia.
Diversas herramientas de piedra –dos núcleos y cinco lascas– encontradas en Nyayanga, Kenia.
T.W. Plummer, J.S. Oliver, and E. M. Finestone, Homa Peninsula Paleoanthropology Project

Hace más de tres millones de años en el este de África, quizás a orillas de un lago prehistórico y rodeados de abundante fauna, algunos de nuestros lejanos antepasados empezaron a fabricar rudimentarias herramientas de piedra. Gracias a estos útiles, conocidos como cantos tallados, y a su progresivo refinamiento, se cree que las primeras especies del género Homo pudieron adaptarse a distintos hábitats, ampliar su dieta y, más tarde, expandir sus horizontes fuera del continente africano.

Sin embargo, conocemos muy poco sobre el origen de estas primitivas herramientas de piedra y de los primeros Homo. Y aunque, durante tiempo, la fabricación de cantos tallados se ha visto como un sello distintivo de nuestro propio género, no sabemos a ciencia cierta cuál fue la primera especie de hominino que las elaboró.

En febrero, un equipo de paleoantropólogos presentó en la revista ‘Science’ el descubrimiento de martillos y lascas afiladas de piedra, de hace 2,8 millones de años (m.a.), procedentes de una excavación realizada en Kenia en 2017, cerca del lago Victoria, en el yacimiento de Nyayanga.

Junto a martillos y lascas, se halló un gran molar fósil que no se parece al de ninguna especie temprana de Homo

Un hallazgo inesperado

Se trata de las herramientas de tipo olduvayense más antiguas identificadas hasta ahora, una industria lítica que siempre se ha asociado a nuestro propio género. Curiosamente, junto con las herramientas, los investigadores también localizaron un molar fósil, de grandes dimensiones, que no se parece al de ninguna especie temprana de Homo, y que los investigadores reconocieron enseguida como el de un Paranthropus, un género de homininos robustos estrechamente relacionado con los australopitecos.

Dos molares de Paranthropus hallados por los investigadores.

FOTOGRAFÍA DE S. E. BAILEY, HOMA PENINSULA PALEOANTHROPOLOGY PROJECT
Dos molares de Paranthropus hallados por los investigadores.FOTOGRAFÍA DE S. E. BAILEY, HOMA PENINSULA PALEOANTHROPOLOGY PROJECT
S. E. Bailey, Homa Peninsula Paleoanthropology Project

En África, hace entre 2,8 y 1,2 m.a., existieron distintas especies de Paranthropus. Estos homininos poseían mandíbulas robustas con grandes molares, y un cráneo con un volumen similar al de un gorila con una cresta sagital en la parte superior, donde se anclaban unos poderosos músculos faciales que empleaban para masticar tanto alimentos blandos como duros.

El sorprendente hallazgo de Nyayanga plantea una serie de interrogantes. ¿Podrían los Paranthropus haber fabricado estas herramientas o simplemente las utilizaron? ¿Existían distintas especies de homininos hace tres millones de años que empleaban herramientas de piedra?

Garganta de Olduvai

No obstante, esta no es la primera vez que se hallan útiles de piedra junto con restos fósiles de Paranthropus. En 1959, en la garganta de Olduvai en la llanura del Serengueti en Tanzania, la paleoantropóloga Mary Leakey descubrió el cráneo de un Paranthropus boisei conocido como ‘Nutcracker man’ (el cascanueces) en una capa de sedimento que también contenía herramientas de piedra.

Este nivel, conocido como Capa I, es el más antiguo del yacimiento de Olduvai, datado en 1,8 m.a., y fue en él donde se describió por primera vez una industria lítica muy primitiva, compuesta por lascas de basalto y cuarzo, que Mary Leakey bautizó con el nombre de olduvayense. En este mismo nivel, Leakey identificó un cráneo de Homo habilis, especie más grácil a la que atribuyó las herramientas de piedra, descartando como fabricante al Paranthropus con sus robustas mandíbulas y poderosos dientes.

Desde entonces, tanto el origen de las herramientas de tipo olduvayense como su posterior evolución hacia industrias cada vez más sofisticadas se han asociado siempre con especies del género Homo, tanto en África como fuera de ella.

Sin embargo, en 2011, en Lomekwi en el norte de Kenia, un nuevo descubrimiento empezó a poner en tela de juicio esta visión. Un equipo de arqueólogos estadounidenses encontró herramientas de piedra rudimentarias de hace 3,3 m.a., las más antiguas hasta ahora identificadas. Y en 2010, en Etiopía, se habían encontrado evidencias indirectas del uso de herramientas, en las marcas dejadas por estas en los huesos de animales. Esto es varios cientos de miles de años antes de que surgieran los primeros Homo e indica que un hominino anterior, probablemente un australopitecino como Australopithecus afarensis, ya fabricaba herramientas algo más rudimentarias que las olduvayenses.

El descubrimiento de Nyayanga es importante porque retrasa en el tiempo el origen de las herramientas de piedra olduvayenses y muestra que esta tecnología se extendió más rápido y más lejos de lo que se creía. Hasta ahora las herramientas olduvayenses más antiguas, de hace 2,6 m.a., se habían encontrado en Etiopía, a más de 1.300 kilómetros, y en Argelia (2,4 m.a.).

Cantos tallados

Los cantos tallados son las herramientas de piedra más fáciles de elaborar. Se producen golpeando un guijarro o un pequeño bloque de piedra contra otra piedra que actúa de yunque o de martillo. De este modo, después de unos cuantos golpes, se consigue en el bloque una arista cortante y también se obtiene un puñado de lascas. Tanto estas como el núcleo con la arista cortante pueden emplearse como herramientas. Si el canto tiene tallada una sola cara se denomina monofaz y si tiene ambas, bifaz. Los bifaces más antiguos aparecieron en África hace 1,9 millones de años y se fueron refinando hasta hace 1,2 millones de años, cuando ya se encuentran con contornos simétricos.

El desarrollo de herramientas más complejas se produjo en paralelo al aumento progresivo del cerebro de los homininos. A partir de por lo menos 1,65 millones de años aparece en África una industria lítica más sofisticada, el achelense (o industria de modo 2), que se corresponde con el origen del Homo ergaster.

Las herramientas olduvayenses (de modo 1) de Nyayanga, de 2,8 millones de años, se encontraron junto a los esqueletos parciales de tres hipopótamos que presentaban signos de cacería, y huesos de antílope con marcas de corte y que fueron rotos posiblemente para obtener el tuétano. Por tanto, podría tratarse tanto de una cacería como de un acto de carroñeo. Asimismo, las herramientas muestran patrones de desgaste indicando que se usaron para cortar, raspar y golpear animales y plantas.

Los chimpancés: los más versátiles después de los humanos

Durante mucho tiempo se consideró que la fabricación y el uso de herramientas era una facultad exclusivamente humana. Sin embargo, son varias las especies de animales en las que se ha descrito el uso de herramientas e, incluso, su modificación para darles una utilidad concreta.

El grupo de animales con ejemplos más sofisticados y diversos de empleo de herramientas son indiscutiblemente los grandes simios y, entre ellos, una de las especies más estudiadas es el chimpancé (Pan troglodytes). Junto con los humanos, los chimpancés son los primates que emplean un conjunto más amplio de útiles. La primatóloga Jane Goodall hizo las primeras observaciones, a finales de la década de los cincuenta, de chimpancés utilizando herramientas.

Goodall observó cómo los chimpancés deshojan ramas delgadas que luego introducen en el orificio de un termitero, y al cabo de un rato, retiran recubiertas de termitas para comérselas.

Por lo tanto, no solo emplean herramientas, sino que también las transforman, para obtener la rama que mejor se adapte a los orificios y cavidades del termitero. Más tarde, se observó también una planificación en la fabricación de las herramientas, en chimpancés que elegían una rama concreta, la deshojaban con cuidado y la transportaban hasta encontrar un termitero.

También se ha descrito el uso de palos para extraer hormigas de sus nidos y para recoger miel de las colmenas, la búsqueda sistemática de una superficie y una piedra apropiadas para romper nueces, y la utilización de hojas a modo de esponja o de cuenco para beber agua. Incluso se han observado chimpancés que emplean herramientas para cazar.

La investigadora de la Universidad Estatal de Texas, Jill Pruetz, estudia una población de chimpancés de la sabana que es la única documentada hasta la fecha que caza de forma sistemática con herramientas. Este grupo de chimpancés fabrica palos modificados para cazar gálagos, unos pequeños primates nocturnos que, durante el día duermen en las cavidades de los árboles. Con los palos golpean el tronco y las ramas del árbol para que los gálagos salgan de su escondite y capturarlos, o directamente les asestan un golpe para herirlos y que sean más fáciles de atrapar.

Pruetz indica que el hecho de que estos chimpancés vivan en un hábitat de sabana y no en bosques, como otras poblaciones, es una de las razones por las que cazan con la ayuda de herramientas. Otra particularidad de esta población es que son las hembras las que más frecuentemente cazan y no los machos, como es habitual en otros grupos de chimpancés.

Parece que las estrategias de utilización de herramientas observadas en diferentes grupos de chimpancés son exclusivas de cada población y se transmiten entre generaciones. En África occidental, los chimpancés emplean piedras para romper las cáscaras de frutos secos y esta estrategia no se ha observado en los chimpancés del África oriental ni tampoco en otros chimpancés del África occidental separados de los primeros por un río. Y este comportamiento podría remontarse miles de años atrás, ya que en 2007 se identificaron en Costa de Marfil herramientas de piedra de hace 4.300 años que se habrían empleado con la misma finalidad.

Mamíferos y aves que usan herramientas

Otros primates como los orangutanes también emplean palos delgados para extraer insectos de la corteza de los árboles y se cubren con hojas cuando llueve. En los gorilas se ha observado la utilización de palos para comprobar la profundidad de un estanque de agua y poder cruzarlo. Y, los monos capuchinos emplean piedras como martillos y yunques para cascar nueces y palos para atrapar insectos.

El uso de herramientas se ha observado en distintas especies de mamíferos, no solo en los primates. Un grupo de delfines de la bahía Shark, en Australia, protege sus hocicos con esponjas marinas cuando buscan comida en el fondo del mar. Las nutrias usan piedras para abrir las conchas de las almejas y comérselas, y los elefantes ramas para rascarse partes de su anatomía difíciles de alcanzar con su trompa o para espantar las moscas.

Aunque la mayoría de ejemplos corresponden a mamíferos, el uso de herramientas también se ha observado en distintas especies de aves. Los cuervos son aves conocidas por su inteligencia y, por ejemplo, los de Nueva Caledonia emplean pequeñas ramas o tallos para atrapar larvas e insectos escondidos en grietas de la corteza de los árboles, e incluso las modifican para darles forma de anzuelo.

El pinzón de Darwin carpintero, un ave de las Galápagos, también utiliza pequeños tallos o las espinas de un cactus con la misma finalidad. Y, en el norte de África, se ha observado a los alimoches romper la gruesa cáscara de los huevos de avestruz arrojando una piedra repetidamente hasta que el cascarón cede.

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