El escritor Michel Houellebecq fracasa a la hora de prohibir una película porno experimental en la que sale

Houellebecq protagoniza a rostro descubierto algunas escenas del filme pornográfico experimental neerlandés.

Imagen de archivo de Michel Houellebecq.
Imagen de archivo de Michel Houellebecq.
H. A.

El polémico escritor francés Michel Houellebecq ha fracasado en su intento de prohibir la difusión de "Kirac 27", una película pornográfica experimental neerlandesa en la que protagoniza algunas escenas a rostro descubierto. El escritor intento prohibir su estreno al considerar que le engañaron y que daña su imagen pública.

Un tribunal holandés autorizó el pasado martes al colectivo artístico Kirac (Keeping it Real Art Critics), a difundir este controvertido filme del director neerlandés a Stefan Ruitenbeek. La abogada del escritor de "Partículas Elementales" y "Sumisión" contempla recurrir la sentencia.

Un hombre de sesenta y pico años, que sufre depresión, cancela su luna de miel en Marruecos, en la que su mujer había contratado a varias prostitutas para animarle, por temor a convertirse en víctima de terroristas islamistas y acaba participando en una película pornográfica en Ámsterdam, que después trata de prohibir. Este podría ser perfectamente el argumento de una novela de Houellebecq, pero es una historia real con el escritor como protagonista, por muy inverosímil que parezca.

Ruitenbeek convenció a Houellebecq y su esposa Qianyum Lysis Li para que grabaran en París un trio con su amiga, Jini van Rooijen, que sería difundido en Onlyfans. La escena de sexo, en la que la pareja llevaba máscaras, se grabó en noviembre de 2022, pero finalmente no fue difundida en esa plataforma de contenido porno de pago.

En diciembre, la pareja viajó a Ámsterdam para participar en otro proyecto dirigido por Ruitenbeek. El escritor estaba dispuesto a participar como actor en su filme, pero había puesto como condición que no se le podría reconocer en las escenas, según cuenta el escritor en la revista francesa Le Point.

Cuando la pareja llegó a Ámsterdam nada salió como estaba previsto. Fueron filmados desde su llegada a la estación de tren, sin que los Houellebecq, casados desde septiembre de 2018, hubieran dado su consentimiento. El escritor firmó en el hotel un contrato, del que solo leyó el párrafo que garantizaba su anonimato. El rodaje duró varios días y acabó con una gran pelea entre el director y el escritor.

En enero pasado, el colectivo artístico Kirac difundió el tráiler de la película en las redes sociales. La fecha prevista inicialmente para el estreno de la película era el pasado 11 de marzo, coincidiendo con la publicación en Países Bajos de su último libro "Aniquilación" (publicado en España por Anagrama).

En voz en off, el director explica en el tráiler que ha estado intercambiado emails con Houellebecq y que le ha contado que "su luna de miel prevista en Marruecos había sido anulada. La gente tiene miedo a que sea secuestrado por extremistas musulmanes. Su mujer se pasó un mes organizando encuentros con prostitutas. Le dije que conocía a un montón de chicas en Ámsterdam dispuestas a mantener relaciones sexuales con un escritor famoso por curiosidad y que reservaría el hotel si tenía permiso para filmar todo".

El tráiler muestra a Houellebecq en la cama, solo en unas escenas fumando con el torso desnudo y en otras con pijama azul. Al final, el ganador del premio Goncourt aparece en la cama abrazando y besando apasionadamente a una joven tatuada vestida con un camisón.

Tras ver el tráiler, los Houellebecq acudieron a los tribunales para tratar de prohibir el estreno de la película al sentirse engañados por el director. Este filme "atenta de manera irremediable a mi vida privada, mi honor, pero, sobre todo, lo que es todavía aún más grave, a mi mujer, destrozada por las mentiras", afirmó el escritor.

El juez holandés desestimó su demanda y condenó al escritor a pagar las costas del juicio. El juez consideró "incomprensible que Houellebecq participara en las grabaciones si consideraba el contrato verdaderamente problemático". También rechazó los argumentos de la defensa de que cuando el escritor firmó el contrato estaba deprimido y había bebido.

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