Catalina de Gales tuvo que hacerse una prueba de fertilidad antes de casarse

La familia real británica hizo pasar por este trance también a Lady Di para garantizar que la futura reina podía tener un heredero.

Los duques de Cambridge, Guillermo y Catalina.
Los duques de Cambridge, Guillermo y Catalina, en una foto de archivo.
Reuters

'Juventud dorada: una historia íntima de crecer en la familia real', este es el título del libro de Tom Quinn, durante años miembro del personal del palacio de Buckingham, que ha sacado a la luz algunos detalles inéditos de la monarquía británica. Entre los más llamativos, la prueba de fertilidad a las que someten a las prometidas de los herederos para garantizar su fertilidad. Así sucedió con Lady Di antes de contraer matrimonio con Carlos III y con Catalina de Gales antes de su boda con el príncipe Guillermo.

"Esto siempre se lleva a cabo para garantizar que la futura reina pueda tener hijos. Si Catalina no hubiera sido fértil, no hay duda de que el matrimonio habría fracasado", describe Quinn. Sobre Diana de Gales, el autor asegura que "se quejó en un breve encuentro conmigo de que, con toda inocencia, había pensado que sus controles prematrimoniales tenían que ver con la salud general y luego se dio cuenta de que en realidad se había hecho una prueba de fertilidad". "Era tan inocente que acepté todo en ese momento", rememora que le dijo la entonces princesa de Gales.

El ex trabajador de palacio también relata cómo es la relación entre Catalina y Guillermo en el día a día. "Como todas las parejas, se pelean, se gritan y se dicen cosas desagradables", asegura. "Ella es más apaciguadora por instinto y él siempre acaba cediendo", detalla. Una actitud que achaca a los "problemas emocionales" del príncipe heredero, debido a los "divorcios y trastornos cuando era niño". "Odia las confrontaciones", destaca Quinn.

El autor también habla de los apodos que se tienen en privado. Así, Catalina "se refiere a Guillermo como 'bebé', mientras que él la llama duquesa de Doolittle", la protagonista de 'My Fair Lady', una florista ordinaria de Londres a la que enseñan a hablar como una dama de alta sociedad. Personaje que ella interpretó cuando tenía 12 años.

Princesa de segunda

Quinn también aborda la vida de los duques de Sussex. El autor refiere que Meghan Markle "odiaba ser una princesa de segunda categoría. Segunda después de Kate, quiero decir". "Pensó que viviría en el castillo de Windsor, por ejemplo, y simplemente no podía creerlo cuando a ella y a Harry les dieron Nottingham Cottage, en los terrenos del palacio de Kensington", recuerda.

Quinn califica de "rebelde" a la esposa del príncipe Enrique y la compara con Diana. "En cierto sentido, su suegra también era una rebelde dentro de la familia real. Sus opiniones sobre la institución coinciden. Son muy similares. Diana odiaba toda esa congestión", indica, por lo que entiende que Meghan se identifique con la madre de su esposo. Además, considera que "la forma en que la prensa atacó a Meghan fue muy parecida a la de Lady Di, y creo que cuando Meghan piensa en ella ve un espíritu afín".

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