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Lorena Serrano, ginecóloga: "Hay mujeres que nunca se han mirado la vagina"

La médico, con 55.000 seguidores en su cuenta @hello.gyn, acaba de publicar 'Conócete bien, cuídate mejor' (Planeta), una completa y práctica guía sobre salud femenina.

La gnecóloga Lorena Serrano, que acaba de publicar el libro 'Conócete bien, cuídate mejor'.
La gnecóloga Lorena Serrano, que acaba de publicar el libro 'Conócete bien, cuídate mejor'.
UMAMIBRANDS

No solo desde su consulta, sino también desde una cuenta de Instagram (@hello.gyn) en la que acumula 55.000 seguidores, la ginecóloga Lorena Serrano aboga por superar tabúes, miedos, perezas y desinformaciones en torno a la salud de la mujer. También por desestigmatizar pero a la vez por no asumir como irremediables -por comunes o naturales- dolores o contrariedades físicas o emocionales que limitan la vida de la mujeres en diversas momentos o etapas de su vida, como la menopausia o el síndrome premenstrual. Asimismo, Serrano alerta sobre la ignorancia en torno a su propio cuerpo que aún arrastran muchas mujeres al nivel más básico. Ante todo ello quiere salir al paso esta profesional con el libro que acaba de publicar: 'Conócete bien, cuídate mejor' (Planeta), una completa y práctica guía sobre salud femenina. 

Para muchas mujeres ir al ginecólogo es peor que ir al dentistaSí, a veces se siente un poquito de todo. Pereza, porque pasa el tiempo más rápido de los que reconocemos y cuando nos damos cuenta son ya cinco años desde la última citología. Miedo a que te encuentren algo o a la incomodidad de la exploración. Y aún un poco de vergüenza. Me encuentro con mujeres de las que hay que ir tirando para que te vayan explicando. La gente joven es en general más abierta, pero sigue costando.

¿Por qué decide abrir una cuenta de Instagram sobre ginecología?Creo que los profesionales sanitarios tenemos que divulgar de la manera que sea para llegar a la gente. Informar y ayudar a que las personas aprendan cómo prevenir, que es lo fundamental. Sobre todo ahora, con el acceso fácil a contenidos que no siempre son adecuados. Hay mucha desinformación y bulos. Tiene que haber cuentas en redes sociales y webs en las que los sanitarios podamos contar las cosas como son, con la evidencia científica detrás.

El título del libro incluye la frase "conócete bien". ¿Por qué?Conocerse bien es el primer paso para cuidarse. Durante muchos años los tabúes sobre la salud ginecológica y sobre los derechos sexuales y reproductivos de la mujer nos ha mantenido en la ignorancia y en el desconocimiento de nuestro propio cuerpo. Si no tienes acceso a la información, no puedes tomar decisiones sobre tu cuerpo con conocimiento de causa. Lamentablemente, ese tabú queda en el inconsciente colectivo y nos arrastra a que perpetuemos mitos. Conocernos es la clave.

¿Hasta que punto los condicionantes del órgano sexual femenino complican el hecho de que las mujeres se conozcan a sí mismas físicamente?Si nos da apuro mirarnos empezamos mal. Solo hay que comparar con los hombres. ¡Pero hay que mirarse, hay que conocerse! Hay mujeres que nunca se han mirado la vagina porque les da cosa. Les parece que es algo sucio, pero es parte de su cuerpo, es natural, hay que saber lo que se tiene. ¡Hay gente que te viene diciendo que si se pone un tampón no podrá orinar! Es un ejemplo extremo, pero da idea.


"La menopausia es normal, pero eso no significa que sus problemas no tengan solución"

"La ginecología es la gran olvidada"

​"No ha habido un interés social por los temas de la mujer"

​"En el inconsciente colectivo está la idea de que no hay que quejarse de ciertas cosas porque son normales".​

¿Los tabúes permanecen o son cosa de personas mayores?
El problema con los tabúes es que son como la semilla de la duda. Yo, que aún soy joven, escuché de mi abuela lo de que si tienes la regla no te puedes lavar el pelo. Sabía que no era así, pero cuando lo oyes, piensas: ¿se dirá por algo? E igual al final no te lavas el pelo por si acaso. Hoy en día, más que esos mitos, están los bulos y, sobre todo, las personas que se arrogan un conocimiento que no tienen. O experiencias falsas: una joven no se cree lo de la regla y el pelo, pero quizá sí que alguien usó el DIU y le pasó esto o lo otro.

¿Que la ginecología aborde problemas tan diversos le juega en contra? ¿Qué es lo que más preocupa actualmente?La ginecología es la gran olvidada. Preocupa mucho el embarazo o buscarlo. En general, está en auge la preocupación por la salud mental, lo cual es estupendo. Pero al final la ginecología siempre queda atrás. Ahora se empieza a hablar de la regla y sus problemas, se extiende y comprende la idea de que no tiene por qué doler, pero hay temas concretos dentro de la ginecología como es la menopausia que aún quedan en un segundo plano, incluso para los profesionales sanitarios. Se normalizan cosas que son fisiológicas, naturales, pero eso no significa que no tengan solución. Al final, una mujer con 50 años es joven, tiene mucha vida por delante, trabajo, familia, vida social y la menopausia no debe limitar ese día a día. Es importante que rompamos el miedo a ir al médico, preguntar y a buscar ayuda en torno a cosas que nos complican la vida.

La clave es darse cuenta de que no hay que resignarse a ciertas cosas...Hoy en día no es cuestión de tabúes, sino de que directamente no ha habido un interés social por los temas de la mujer. Y eso ha llevado a normalizar cosas que no tienen por qué.

¿Las mujeres hemos interiorizado la idea del sufrimiento físico en determinadas etapas?En el inconsciente colectivo está la idea de que no hay que quejarse de ciertas cosas porque son normales. De que si se hace se exagera. Por ejemplo, de que si te duele al tener las relaciones es normal o serás tú... A mi consulta siguen viniendo mujeres solas porque no se quedan embarazadas. Lo primero que les pregunto es: ¿Dónde está tu pareja? Porque es una cosa de dos. Pero ese es el nivel. Lo mismo con el parto: esa idea de que hay que aguantarlo todo. No somos 'superwomen'. Si algo interfiere en nuestra calidad de vida, hay que consultar y buscar ayuda. Otro ejemplo: el síndrome premenstrual. Es verdad que hay cambios hormonales que nos influyen, pero no hay que achacarlo todo a eso. Queda mucho trabajo en este sentido.

Parece que con la menopausia hay un runrún, ganas de abordar esta cuestión en la esfera pública.Creo que sí y por suerte cada vez más mujeres consultan. Antes se veía como algo de una mujer mayor, que ya no trabaja y tiene sofocos. Que está ahí con el abanico, sin quejarse. Pero ahora cada vez cuesta menos hablar de ello. Empezamos a ver más interés en general.

¿Influye en esta nueva sensibilidad el hecho de que cada vez haya más mujeres ginecólogas?La medicina esta dominada por mujeres. Lamentablemente faltan en los congresos, pero estamos. En la ginecología especialmente. En mi caso, cuando viene una paciente, desde luego que hay más empatía, porque sabes cómo es y no hablo solo de la exploración.

¿Y la conversación pública? Qué papel le otorga a los medios de comunicación o la legislación a la hora de situar en otro plano la salud ginecológica?Ayuda a que por lo menos la gente se replantee las cosas. Pero falta mucho camino. Las mujeres cada vez hablan más entre ellas, pero incluso revistas dirigidas al público femino evitan estos temas. Se habla del cuidado de la piel, del embarazo, de la ropa, de la salud mental. ¿Pero y los problemas ginecólogicos, que son especialmente frecuentes? Todavía echo de menos que en la prensa haya más atención de la que recibe.

¿Qué temas propone?Pues la menopausia, claro. ¡Pero todos! La sexualidad, las patologías más frecuentes, los problemas de la regla, del suelo pélvico, de cómo cuidamos la vulva y la vagina. Hay tantos...Y son importantes. Son nuestra salud.

¿Hacia dónde va la ginecología?En general, vamos a un modelo de medicina más personalizada y a la par que más global. Nos hemos especializado mucho, pero cada vez somos más conscientes de que el ser humano es un todo. Los sistemas están conectados y lo que afecta a una parte puede alterar otra. En ginecología sin ir más lejos es algo que vemos mucho: el estrés puede alterar las reglas. La nutrición o los hábitos de vida también tienen un importante papel.

Una atención integral.Lo ideal es que las consultas se aborde la parte psico-biosocial de algunos de los síndromes que están reconocidos. Es importante entender la conexión clara entre las cuestiones ginecológicas y las emociones.

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