Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Entrevista

Marta Macho Stadler: "El mensaje del ‘ten cuidado’ hace inseguras a las mujeres"

Profesora de la Universidad del País Vasco, nació en Bilbao en 1962. Edita el blog ‘Mujeres con ciencia’ y para ella divulgar es "una conversación".

Marta Macho Stadler, matemática y divulgadora.
Marta Macho Stadler, matemática y divulgadora.
Oliver Duch

Hace unos días ofreció en Zaragoza, en Etopia, una charla sobre 'Las matemáticas del baile: danzando matemáticas'. ¿Qué tienen que ver?
Las matemáticas están presentes en la música, en el ritmo, en la danza hay figuras geométricas, incluso existe un lenguaje, el Laban, que intenta traducir los movimientos con una representación matemática. Pero a veces pensamos que el mundo artístico bebe de la ciencia, de forma unidireccional, y este es un camino de ida y vuelta. En sentido contrario, la danza puede ayudar a comprender conceptos matemáticos. Puse como ejemplo el concurso 'Baila tu tesis', donde una doctoranda exponía conceptos topológicos de su tesis a través de la danza. La teoría de trenzas y de nudos está presente en las danzas populares...

Todo se mezcla...
Insisto en el carácter mestizo de la cultura: no solo el arte bebe de la ciencia, sino que también se puede aprender ciencia o aprender a comunicar mejor la ciencia, o las matemáticas en particular, a través del arte; es el mestizaje puro.

Dentro de poco será el 11-F, Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia. ¿Cómo fue la infancia de la niña Marta Macho?Feliz, en una familia numerosa, jugando y creciendo con hermanos y hermanas con poca diferencia de edad y unos padres volcadísimos en que tuviéramos una buena educación.  Sin muchas cosas materiales, que no son necesarias, pero con mucho cariño. Mi padre y mi madre nos dejaron volar a mis tres hermanas, a mi hermano y a mí misma y nos animaron a hacer lo que nos gustaba... y les salieron cuatro hijos científicos. 

¿Había más matemáticos en su familia?Fue un poco efecto contagio, porque mi padre era profesor de clases particulares en asignaturas vinculadas con las matemáticas, la física y la química. Y nos llegó de cerca. La mayor hizo Económicas, a mí Física me gustaba mucho, pero como la hizo la segunda, pensé que esa carrera ya estaba cogida y me dediqué a las matemáticas.

¿La vestían de rosa?
Alguna foto de rosa, tendré. Como yo era la tercera, heredé mucha ropa de la mayor. No había mucho dinero ni muchas tonterías en el vestido.

¿Hasta qué punto estereotipamos a niños y niñas?
Todavía se ven esas campañas navideñas,  con esos juguetes tan rosas..., la calculadora con la funda rosita para tu hija existe, pero vamos por buen camino porque se habla del tema. Es muy difícil eliminar los estereotipos.

¿Qué mensajes les mandamos?Lo más grave, porque coarta toda tu vida, es cómo se anima a los chicos a hacer cosas de forma muy diferente a las chicas. El 'atrévete', 'tú puedes con todo', 'tú, que eres un machote, un chicarrón', es muy importante porque cuando crees que puedes, haces las cosas de manera distinta. Sin embargo, a las chicas todavía -y lo vivo- se tiende a frenarlas, a decirles 'ten cuidado', 'sé prudente', incluso en la calle: 'mira a ver a qué horas llegas', 'con quién andas'. Toda la vida alrededor de las mujeres es 'sé prudente', 'no destaques', y eso sin lugar a dudas marca y hace que en cierto sentido seamos todas, incluso las que somos ya más mayores, inseguras en muchos momentos, porque te ha calado aquel mensaje de 'ten cuidado'. Yo soy profe de Matemáticas en la universidad y veo cómo, incluso en el aula, ese mensaje coarta a chicos y chicas que han decidido hacer esta carrera: él responde sin complejos, atrevido, y a ella, silenciosa, la descubres cuando corriges su primer ejercicio o hace su primer examen; es una pena porque ellas se hacen de menos y tienen complejos que habría que intentar eliminar.

¿Cómo fue su relación escolar con las Mates?Fue muy buena. En primaria fui a la Escuela Francesa, en Bilbao, y me enseñaron mucha geometría y eso me ayudó a querer las matemáticas de una manera especial. En secundaria a fui a un instituto público; eran momentos de muchas huelgas, teníamos pocas horas de clase y estudiaba un poco por mi cuenta. Mi padre me decía: "Venga, haz estas 50 integrales"; se me daba bien y me divertía, algo que sorprende a la gente. 

¿Por qué se les coge miedo?
En muchas ocasiones, heredamos los complejos de nuestro entorno. Hay un efecto contagio, porque las matemáticas no son fáciles, pero la física tampoco ni es más divertido estudiarse los ríos. Las propias madres y padres en muchas ocasiones contagian esa ansiedad por las matemáticas y es una lástima porque requieren un pequeño esfuerzo inicial pero luego te divierten. Además, hoy se enseñan de manera más atractiva, con ejemplos. A veces, es cerrazón: pienso que no voy a ser capaz resolver ese problema y, directamente, me bloqueo, pero creo que son complejos heredados.

Cuando estudió la carrera, ¿cómo andaba la paridad en las aulas universitarias?Empecé en el año 80 y en 1º éramos un grupo muy numeroso, de unas 150 personas, y bastante paritario. Probablemente se debía a que el futuro laboral que esperábamos era la docencia. 

¿Y en la actualidad?Ahora vemos una evolución respecto a las mujeres que nos preocupa. La carrera de Matemáticas ha ganado mucho más prestigio porque lleva a un buen empleo, con buena remuneración, en una empresa o un banco. Hay 'numerus clausus' para acceder y la nota de corte es alta. Pero desde que la enseñanza dejó de ser la primera salida, las chicas han empezado a mirar a otro lado. Se ha observado -son datos del Ministerio de Educación- que el porcentaje de mujeres respecto a hombres en carreras de Matemáticas empezó a bajar hace unos 10 años y sigue la tendencia. Es preocupante y parece contradictorio, porque a las chicas parece que les cohíbe cualquier profesión donde hay éxito, y van a ser buenos empleos, multidisciplinares, que van a decidir para dónde va la tecnología y en qué se invierte; debería haber mujeres ahí y no va a haber tantas como quisiéramos.

¿Es el efecto 'big data' o IA el que atrae hoy al alumnado al grado?
Creo que sí. El grado ha cambiado mucho en todas las universidades, y me da un poco de pena porque soy matemática teórica y se ha descafeinado un poco. Se dan cosas muy diversas y un poco deprisa y gran parte de nuestro alumnado se decanta por la parte más aplicada. ¿Por qué estudiar Matemáticas y no otro grado como Ingeniería Informática? Entiendo que, a pesar de que la formación de nuestros egresados y egresadas sea más aplicada que en mi época, tienen esa base de oficio, esa base matemática que les hace pensar las cosas de manera distinta. Esa parte más aplicada de 'big data' o inteligencia artificial es una herramienta, pero ellos saben modelizar; mediante un modelo matemático saben representar una realidad y trabajar con ella como la empresa que les tiene contratados precise. Modelos económicos, para optimizar la pesca, recorridos de autobuses..., es modelizar.

Y, a la vez, empiezan a faltar graduados en Matemáticas que quieran ser profesores.
Hay más necesidad de profesorado de Matemáticas. Va por rachas y ahora le toca jubilarse a mucha gente en secundaria, y en universidad también. Cuando, hace diez años, los empleos en empresas empezaron a brillar, las plazas estaba llenas y no salían oposiciones. Ahora, ojalá hubiera más personas con el grado que decidieran ser docentes, porque les pueden contar a los jóvenes las matemáticas con más cariño y ganas, con una formación y esa ilusión... A los profesores vocacionales como yo nos encanta transmitir lo que sabemos, descubrir que a alguien en tu aula le has enseñado ese pequeño detalle que a su vez transmitirá a otras personas. 

"Me gusta estar en contacto con la gente joven. Aprendo cada día en el aula y ese momento 'ajá' de alguien que te está escuchando y entiende algo es un disfrute absoluto"

Le encanta la docencia y estar rodeada de gente joven. 
Me encanta el contacto con la gente, fueron muy duros los años de la covid, hablando a través de un ordenador con nuestro alumnado. El directo en el aula es insustituible. Me gusta estar en contacto con la gente joven porque me siento un poco más joven... ¡igual es ilusión!  Cuando llevas 38 años impartiendo docencia, comprendes las cosas que van cambiando porque te las transmiten tus alumnos. Mucha gente piensa que las personas que te escuchan no te pueden enseñar nada y ¡claro que te pueden enseñar muchas cosas! Aprendo cada día en el aula porque a veces te hacen esforzarte por contar las cosas de manera diferente. No doy las clase como hace 30 años porque yo he cambiado y mi alumnado lo ha hecho también. Tenemos que acoplarnos a nuestro alumnado y no emperrarnos en enseñar algo que no captan. Estar con gente joven te ayuda a esforzarte, a ponerte a su nivel cultural, en esa ilusión por comunicar esas matemáticas que tanto me gustan. Es maravilloso, de verdad; a veces cuando ves unos ojos brillantes de alguien que ha entendido algo, ese momento 'ajá' de alguien que te está escuchando es un disfrute absoluto. Espero que me siga ilusionando hasta que me toque jubilarme. Estoy segura de que sí.

¿Ve también desilusión en ellos?Es cierto que el futuro no es demasiado bueno, a priori, y hemos pasado por años terribles: pandemia, crisis económicas... y los jóvenes están un poco desencantados. Además de en el grado de Matemáticas, también doy clase un año a personas de Biología y Geología y les veo despistados, porque no saben muy bien qué quieren hacer en su futuro. Tienen muchas ganas de trabajar enseguida, pero de manera diferente a las personas de mi generación, cuando querías trabajar porque el esfuerzo en casa para que tú estudiaras terminara y contribuir a una economía familiar no muy boyante. Ellos quieren trabajar para dejar de estudiar, algo que a veces les pesa mucho, y el futuro que ven es negro, saben que los sueldos son muy pequeños, que el camino hasta un trabajo medianamente seguro y bien remunerado es complicado y largo, que quienes quieren entrar en investigación trabajan mucho y ganan poco... Hay que escucharles y asesorarles, aunque yo no soy mucho de dar consejos, y hacerles ver que cada generación ha tenido un problema distinto y que tienen que esforzarse por aprender, el saber no ocupa lugar, y tener ilusión por el futuro. Los jóvenes están un poco tristones, yo hablo mucho con ellos e intento animarles e ilusionarles, pero a veces el día a día te aplasta un poco.

"El 11-F se ha dirigido mucho hacia la promoción de las vocaciones de niñas y jóvenes y creo que el 11-F no es eso, sino un momento reivindicativo de las mujeres que hacen ciencia, pero no necesariamente con el objetivo de dar la turra a las niñas con lo que tienen que hacer"

Cuando una es joven no le gusta mucho que le digan qué tiene que hacer. ¿Puede causar un efecto rebote animar tanto a las niñas y jóvenes a decantarse por las ciencias?Sobreactuamos, estoy de acuerdo. El 11-F se ha dirigido mucho hacia la promoción de las vocaciones de niñas y jóvenes y creo que el 11-F no es eso, sino un momento reivindicativo de las mujeres que hacen ciencia, pero no necesariamente con el objetivo de dar la turra a las niñas con lo que tienen que hacer. Yo, que voy mucho a los institutos, noto que hay una especie de sentimiento de que '¡jolinas, nos están diciendo que no sabemos elegir!'. Si empiezan a pensar que se les esta intentado adoctrinar, que se les dice que tienen que tener más ambiciones, que por qué no quieres ser ingeniera..., puede tener un efecto contraproducente. Hay que tener cuidado. A veces, los chicos, parte importantísima en la ecuación, están un poco enfurruñados porque no se les hace mucho caso. Es tan importante que se escuche hablar de científicas y de que la ciencia es una actividad que no tiene género como hablar de la importancia que tienen los cuidados y las carreras de Magisterio -y este mensaje va para los chicos-.

¿Cómo mejorar el mensaje del 11-F, entonces?Hay que bajar un poquito el nivel de los mensajes y no estar casi siempre persiguiendo a las chicas, porque es una presión grande. 'Parece que todo lo hacemos mal' puede ser el mensaje que les llega. El 11-F no debería centrarse tanto en las chicas, sino en todas las personas de la sociedad en general que empujan a niñas y a niños a hacer unas carreras y no otras. Es verdad que no son elecciones al azar, sino que se les empuja y guía desde casa, los centros escolares y lo que sucede en su entorno social: amigas y amigos, la publicidad, lo que escuchan en sus momentos de ocio... El 11-F es un día para celebrar la ciencia desde la mirada y el trabajo de las mujeres, para mí, es eso el 11-F.

¿Qué referentes necesitan?
Sobre todo referentes cercanos. Las mujeres del 11-F de Zaragoza lo hacen extraordinariamente bien, porque ellas mismas se muestran. Es la mejor iniciativa a nivel estatal con diferencia, fueron pioneras y se lo creen de verdad, en contraste con mucha actividad del 11-F que es 'brilli brilli', 'lo hago porque el de al lado lo hace'. Todo el mundo necesita referentes cercanos -mi vecina del 5º es física y me habla de una lluvia de estrellas-, que te puedan transmitir su ilusión de tú a tú, a una niña que quiera ser científica o a un niño que quiera ser maestro y no lo tiene tan claro. Personas cercanas y si son vecinas o del barrio,  mejor todavía porque hacen la misma vida que haces tú .

"Como divulgadora, me encanta el directo, mirar a las personas con las que estoy hablado. Para mí divulgar es una conversación" 

Entre otras muchas cosas, es editora del blog de la Cátedra de Cultura Científica de la Universidad del País Vasco 'Mujeres con ciencia' desde su creación en mayo de 2014. Un ejemplo de divulgación constante y cuidadosa. ¿Cómo es su estilo como divulgadora?
Seguramente por esa parte docente tan interiorizada, que va en los genes, me gusta el directo. Me encanta divulgar matemáticas e historias de mujeres científicas en directo, mirar a las personas con las que estoy hablado. Para mí divulgar es una conversación. Me ha tocado dar charlas en lugares donde te enfocan a ti y no ves al público y no me gusta. Soy divulgadora de directo y de efímero. Y con tiempo, no me veo de monologuista con un mensaje rápido, porque, como soy profesora, me gusta mirar al público porque si veo un gesto y me parece que alguien no lo ha entendido, pues matizo lo que acabo de decir, como ante mis alumnos. Me gusta la divulgación presencial y con tiempo. 

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