Tercer Milenio

En colaboración con ITA

bIO, BIO, ¿QUÉ VES?

El 'frío de narices' que hace que nos acatarremos

El frío compromete la respuesta inmunitaria de la nariz frente al virus del resfriado común, lo que explicaría el aumento de infecciones del tracto respiratorio durante los meses de invierno.

Los catarros son molestos, pero con un par de días de reposo nuestro cuerpo puede acabar con ellos sin problema.
Los catarros son molestos, pero con un par de días de reposo nuestro cuerpo puede acabar con ellos sin problema.
Andrea Piacquadio

“No puedo ir hoy, lo siento, estoy muy acatarrada”; “Juan estará de baja unos días, ha cogido la gripe”; “La mitad de los niños de la clase de Lara están con tos y muchos mocos”. En cuanto el frío hace acto de presencia en nuestras vidas, frases como estas se convierten en el Trending Topic de nuestras conversaciones. Hay épocas en las que parece que todo el mundo a nuestro alrededor, puede que incluso nosotros mismos, esté enfermo.

Otoño e invierno, las épocas más crudas del año en lo que a temperatura se refiere, suelen traer unos acompañantes de lo más desagradable. Resfriados, gripe y, más recientemente, covid-19, todas ellas infecciones del tracto respiratorio superior causadas por diferentes virus. Las causas de esta relación, que nos han tenido intrigados durante mucho tiempo, parecen ir esclareciéndose poco a poco.

Tiene narices la cosa

Como bien sabemos tras los dos inviernos anteriores, un lugar abarrotado y mal ventilado puede aumentar nuestras posibilidades de contagiarnos con uno de esos virus que afectan al tracto respiratorio. Por este motivo se hizo gran hincapié en que una ventilación adecuada podría ser una gran aliada para reducir la incidencia de covid-19. No obstante, pasar más tiempo en el interior no es el único motivo por el que estas infecciones tienen este carácter estacional.

La nariz es nuestra primera línea de defensa frente a los patógenos que afectan a las vías respiratorias. En primer lugar, la mucosa actúa como una barrera que previene la entrada de los microorganismos. Además, las células del epitelio de la nariz son capaces de iniciar, mantener y regular varios mecanismos de la respuesta inmunitaria innata para eliminar aquellos patógenos que consigan esquivar la mucosa. No obstante, estos mecanismos son muy sensibles a los cambios de temperatura.

Una respuesta inmunitaria aletargada

A pesar de que nuestro cuerpo suela estar a unos 37ºC, la temperatura de la nariz puede bajar a unos 33-35ºC al inhalar aire frío. Varios estudios han demostrado que los rinovirus, los responsables del resfriado común, se reproducen a más velocidad en nuestra nariz cuando se encuentra a estas temperaturas más bajas. ¿Quizá es que al virus le gusta el frío? Los datos que tenemos sugieren que no y que, por una vez, no deberíamos ver más allá de nuestras narices. De acuerdo con una investigación de 2017 en la que se trabajó con un modelo de ratón, las células de la nariz parecen tener problemas para defenderse de este virus cuando están a 33ºC. En concreto, tendrían problemas para producir una sustancia llamada interferón. Al estar disminuida la respuesta antiviral en estas circunstancias, el virus puede campar a sus anchas.

Además de una menor producción de interferón, un estudio recién publicado (podríamos decir que está 'muy fresco') sugiere que el frío puede tener más efectos negativos sobre los mecanismos defensivos de la nariz. 

En condiciones normales, las células epiteliales pueden secretar unas vesículas que contienen agentes con efecto antiviral. En concreto, contienen RNA de pequeño tamaño llamado miRNA que, o bien tiene efecto antiviral por sí solo, o ayuda a activar otros mecanismos de la respuesta inmunitaria para eliminar al virus. Además, estas vesículas también pueden unirse a los virus e impedir que infecten a las células de la nariz, bloqueando así su acción dañina. Sin embargo, la producción de estas vesículas se ve muy afectada por el frío, con lo que la nariz se ve despojada de otra de sus herramientas de defensa.

¿Cómo ayudo a mi sistema inmunitario?

Junto con los catarros, las gripes y demás molestias, los meses fríos también nos traen un montón de productos que prometen mejorar el sistema inmunitario, ayudar a nuestras defensas y un largo etcétera. Afilad los lápices y tomad buena nota, porque aquí va el verdadero secreto para lograr un sistema defensivo fuerte como un roble: llevar una dieta rica en frutas y verduras, variada y equilibrada, no descuidar nuestra actividad física y evitar el estrés en la medida de lo posible. No hay abracadabras que valgan, nada de alimentos milagrosos ni suplementos que nos transformen en Superman. Si, pese a llevar una vida sana, nos notamos con más flojera de lo normal y siendo presas de un resfriado tras otro, deberíamos acudir a nuestro médico de cabecera para asegurarnos de que todo está bien antes que dejarnos el dinero en promesas vacías.

Si pese a tomar las precauciones que están en nuestra mano nos acabamos resfriando, paciencia. Los catarros son molestos, pero con un par de días de reposo nuestro cuerpo puede acabar con ellos sin problema. Es muy importante, además, no tratar de curarlos tomando antibióticos que tengamos por casa, ya que los antibióticos no tienen ningún efecto frente a los virus. Los antibióticos siempre debe recetarlos un médico y debemos seguir al pie de la letra las pautas que nos indique, para evitar así el aumento de bacterias resistentes que nos lo pongan muy difícil. Así que los resfriados causados por virus los curaremos aprovechando para ponernos al día con esa serie que tenemos pendiente desde hace mucho, pero que hasta ahora no hemos tenido tiempo para ver.

-Ir al suplemento Tercer Milenio

Apúntate y recibe cada semana en tu correo la newsletter de ciencia

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión