Tamara Falcó cumple 41 años refugiada en su familia y en la fe

La hija de Isabel Preysler ha reconocido que no está siendo fácil recomponerse, pero tiene claro que no hay marcha atrás en su ruptura con Onieva.

Tamara Falcó posa en el Teatro Real en el primer acto al que acude tras conocerse su separación
Tamara Falcó posa en el Teatro Real.
José Oliva

Madrid. Hace un año, Tamara Falcó celebraba su entrada triunfal en las cuarenta primaveras con una fastuosa fiesta en la que no faltaba ninguno de sus familiares y amigos. Un gran evento que, además de ser la celebración de su cumpleaños, era el primer capítulo de la serie que meses después se estrenaría en una plataforma de pago contando su vida con el título de 'La marquesa'. La hija de Isabel Preysler y Carlos Falcó ha cumplido los 41 este domingo 20 de noviembre de manera mucho más discreta, al menos públicamente.

Y es que los últimos 365 días de Tamara Falcó han estado repletos de proyectos profesionales y personales que ella misma ha ido relatando a través de las redes y del consabido 'docu-reality', sin embargo, en los dos últimos meses su vida ha dado un giro inesperado que le ha llevado a refugiarse en su familia y en su fe. Si ha habido otro protagonista en su vida, además de ella misma, ha sido Íñigo Onieva, su pareja hasta el pasado mes de septiembre. La marquesa estaba radiante y rebosante de felicidad a su lado. De hecho, no había boda a la que acudiese en la que no le entregaran el ramo de flores de la novia en mano, con el deseo de que pronto ella también pudiera pasar por el altar.

Colaboraciones en televisión, contratos con prestigiosas firmas, proyectos culinarios, nueva casa a la vista y un novio atractivo, joven y divertido. El año estaba siendo inmejorable y la guinda la ponía la petición de matrimonio de Íñigo Onieva a su novia. La pareja puso fecha de boda para el 17 de junio de 2023, pero el compromiso no llegó a sostenerse ni una semana. Un vídeo del joven besándose con una mujer morena en el festival estadounidense Burning Man daba al traste con sus planes.

Tamara afrontó la situación con entereza y no dudó en hacer frente a sus compromisos profesionales. Su fe ha sido su gran aliada en este tiempo y su familia, su mejor refugio. Así, en los últimos tiempos la hemos visto tanto de retiro espiritual en Lourdes como en el concierto de su hermano Enrique Iglesias en Doha. También hace solo unos días celebraba en casa de su madre el cumpleaños de su cuñado, Fernando Verdasco, y la marquesa aprovechaba para disfrutar de sus sobrinos como una niña más.

La hija de Isabel Preysler ha reconocido que no está siendo fácil recomponerse, pero tiene claro que no hay marcha atrás en su ruptura con Onieva. Su faceta profesional sigue viento en popa, convertida en heredera de su madre como imagen de una firma de cerámica, y ya tiene su propio piso, diseñado a su gusto por el arquitecto Joaquín Torres, en la urbanización Puerta de Hierro de Madrid, donde también vive Isabel Preysler. Después de tantos cambios, veremos que le deparan a Tamara los 41.

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