Hallan nuevos factores detrás de una miocardiopatía que puede causar la muerte súbita en bebés

Se sabía que la no compactada podría estar originada por dos mutaciones en un gen, pero se ha descubierto que harían falta otras combinaciones

Microscopio, en una imagen de archivo.
Microscopio, en una imagen de archivo.
Pixabay

Se sabe que la miocardiopatía no compactada -una patología que aparece en el desarrollo prenatal y que puede causar la muerte súbita- podría estar originada por dos mutaciones en un gen. Hoy un nuevo estudio revela que hacen falta más elementos para que surja la enfermedad.

El grupo de Señalización Intercelular durante el Desarrollo del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), que descubrió que esta enfermedad podía ser causada por dos mutaciones distintas en el gen Mindbomb1 (Mib1), ha observado ahora que el hecho de que haya una mutación en dicho gen no siempre conduce al desarrollo de la enfermedad por sí sola.

Un nuevo estudio de este grupo, hecho en colaboración con distintos grupos CIBER (CIBER de Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV) y CIBER de Bioingeniería y publicado en la revista "Circulation", describe cómo la combinación de una de las mutaciones "causantes" de esta enfermedad cardíaca congénita, pueden contribuir a su severidad y a la manifestación de distintas anomalías, según se combinen entre sí en un paciente.

Para analizar los mecanismos concretos que hacen que el gen Mib1 sea tan importante para el desarrollo correcto del corazón, este equipo introdujo dichas mutaciones en el genoma de un ratón utilizando la técnica de edición genética CRISPR-Cas9.

Con estos modelos animales descubrieron que los ratones mutantes padecían miocardiopatía no compactada del ventrículo izquierdo (nombre completo de la enfermedad) únicamente si eran portadores de dos alelos mutantes para Mib1.

"Se trataba de una situación distinta de la observada en pacientes, en los que la enfermedad se manifiesta en presencia de una única versión mutante de MIB1. Además, los ratones mostraban defectos en las válvulas cardíacas, o ambas anomalías a la vez", explica José Luis de la Pompa, líder del grupo del CNIC.

Estas diferencias, explica el primer autor del estudio, Marcos Siguero Álvarez, sugerían que en los pacientes podría haber "mutaciones adicionales que contribuyesen a la severidad y diversidad de las alteraciones observadas".

Para tratar de entender qué ocurría, secuenciaron muestras varios miembros de dos familias con personas sanas y personas que padecían la enfermedad.

Los investigadores secuenciaron todo el genoma codificante (exoma) de estos individuos e identificaron mutaciones adicionales que acompañaban a la enfermedad y a las previamente identificadas en Mindbomb1, que afectaban a genes candidatos a contribuir al desarrollo del corazón.

"Estos resultados sugerían que a la herencia de estas patologías cardíacas congénitas podían contribuir un pequeño grupo de genes (herencia oligogénica), y no uno sólo (herencia monogénica)", detalla De la Pompa.

El equipo verificó estos datos usando un modelo de ratón al que introdujo un las mutaciones identificadas en una de las familias, lo que provocó defectos en el desarrollo de las cámaras cardíacas y originó la enfermedad.

El otro grupo de mutaciones causó defectos valvulares a los ratones portadores y demostró "que estas nuevas variantes funcionaban como modificadores del efecto de la mutación en Mindbomb1", apunta Siguero Álvarez.

Para De la Pompa, este estudio no solo ayuda a saber más cosas de esta enfermedad, sino que también refuerza la idea de que varias mutaciones pueden intervenir en la aparición de la enfermedad congénita cardíaca.

La secuenciación de nuevos genes y el estudio de las interacciones entre varias mutaciones serán esenciales para avanzar en el diagnóstico de la enfermedad y diseñar nuevos tratamientos, concluye el investigador.

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