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El 89% de los alimentos anunciados para niños no son sanos: "Contribuyen al aumento del sobrepeso infantil"

La OCU defiende que no se debería nunca hacer uso de elementos de fantasía, como dibujos o animaciones en los anuncios.

Un niño viendo la televisión
Un niño viendo la televisión
Pixabay

"Mamá, papá. Quiero los cereales que salen en la tele". Es una frase muy recurrente entre niños y adolescentes. Según varios estudios científicos, los menores reciben cada día el impacto de una media de 12 anuncios de alimentos y bebidas no saludables. A eso hay que sumar los carteles de los supermercados, el 'packaging' de los productos o la publicidad que inunda internet.

Por el momento, no se ha aprobado el decreto que tiene preparado el Ministerio de Consumo, por lo que a día de hoy, es la propia industria alimentaria la que se autorregula con el Código Paos, que se basa en una serie de reglas éticas. Pero los expertos insisten en que es necesario que se "tome cartas en el asunto cuanto antes".

"Los anuncios de comida insana contribuyen al aumento del sobrepeso infantil, que afecta a uno de cada cuatro niños en España. También todo tipo de propaganda que se encuentra en los puntos de venta y en el propio paquete de los productos. Cuanto más disponibilidad de productos insanos hay, mayor probabilidad de consumo", explica la presidenta del Colegio profesional de Nutricionistas de Aragón, Alba Santaliestra.  De la misma opinión es Alejandra Bastarós, nutricionista y profesora de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad San Jorge, que asegura que la publicidad "es una de las cuestiones que más influye en el incremento de la obesidad en niños y jóvenes".

"Siempre ha tenido un impacto muy fuerte en los niños y adolescentes. Es una población vulnerable que todavía se está desarrollando. Las empresas aprovechan esto con anuncios con mucho color, con música acelerada, con juguetes de regalo,... Todo les incita al deseo de compra", lamenta Marta Sánchez, psicóloga clínica. 

Por ello, asegura, los padres tienen "un papel fundamental". "Si quieren algo y se lo compramos, estamos fomentando el círculo de deseo y consumo. Hay que estar alerta de lo que ven nuestros hijos en cualquier dispositivo", argumenta. Los responsables de publicidad, apostilla, deberían actuar. "Hablamos de juego patológico, pero ojo con lo que ven a diario los pequeños", denuncia.

Por el momento, solo se ha publicado un borrador que regula la publicidad en alimentos. A priori, se quería aprobar antes de terminar el año, pero no hay certeza de que vaya a ser así. La OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) aportó alegaciones sobre cómo se podía mejorar ese borrador. 

"La limitación no debe ceñirse a los horarios de menores (niños y adolescentes pueden verse expuesto a la publicidad en cualquier momento del día), nunca se debería hacer uso de elementos de fantasía, como dibujos o animaciones, eliminar cualquier tipo de emplazamiento de producto y de telepromociones en programas o series dirigidas a niños, restringir el uso de regalos o promociones vinculados con todo tipo de alimentos dirigidos a pequeños y la prohibición del uso de logos de sociedades sanitarias en los etiquetados", apuntan desde la Organización

La OCU ha elaborado dos estudios sobre anuncios de alimentos de televisión que pueden ver los menores. Ambos, uno de 2017 y el otro de 2021, concluyen que casi el 60% de estos spots son de productos poco saludables. Y centrándonos en los que están dirigidos a un público infantil o juvenil, el porcentaje asciende hasta el 89%. Por ello insisten también en la regulación, ya que el Código Paos ha mostrado ser "ineficiente". "No se están respectando los acuerdos voluntarios en cuanto a las técnicas de marketing", lamentan.

Etiquetado nutricional

En ese sentido, Santaliestra argumenta que a los anuncios se suma que el "etiquetado nutricional en España es deficiente". "Los consumidores no pueden diferenciar correctamente los productos de alta y baja calidad nutricional. Existe un desconocimiento por todo lo que rodea a la publicidad", lamenta la nutricionista.

"El etiquetado sí que está regulado. El problema es que las grandes compañías siempre encuentran recovecos legales para poder sacar sus campañas", apunta Bastarós. Además, asegura, el semáforo de Nutriscore tampoco ayuda. "Es totalmente engañoso. Algunos cereales llevan la A porque están hechos con harina integral, sin embargo, el indicador no tiene en cuenta todo el azúcar que lleva el producto", protesta la profesional, que insiste en que existe una "necesidad apremiante" porque se regule todo tipo de publicidad que rodean a los productos insanos.

Una forma de incentivar el consumo de alimentos saludables es, asegura, "quitar el IVA". "Hay muchos productos que vienen con regalo y los niños lo piden por el simple hecho de conseguir ese obsequio. Probablemente si se lo dieras con una manzana en vez de con cereales o galletas, el niño pediría la fruta", asegura la presidenta.

"Los nutricionistas queremos que se prohíban los detalles asociados a productos. El problema es que hay muchos conflictos de interés. Lo que necesitamos es que se cree un comité de expertos que se encargue de todo lo que engloba al marketing y la publicidad", defiende Alejandra Bastarós. 

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