Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Desafíos globales

Las imágenes son importantes para comunicar el cambio climático, pero hay que elegirlas bien

Las fotografías de chimeneas humeantes o un oso polar sobre una placa de hielo flotando en el mar se han convertido en clichés que no causan efecto en los ciudadanos. Las instantáneas más conectadas con personas e historias tienen un mayor impacto.

Mano pintada de una estudiante durante una manifestación en Bruselas en febrero de 2019 en protesta contra las políticas climáticas del gobierno belga.
Mano pintada de una estudiante durante una manifestación en Bruselas en febrero de 2019 en protesta contra las políticas climáticas del gobierno belga.
Shutterstock / Alexandros Michailidis

El cambio climático, causado fundamentalmente por la acción humana, es probablemente el mayor reto al que se enfrenta la sociedad de nuestro tiempo. Aunque sus efectos son cada vez más evidentes en todo el planeta –subida de las temperaturas, fenómenos meteorológicos extremos, desertificación, subida del nivel del mar, migraciones humanas, etc.–, todavía no figura entre las principales preocupaciones de buena parte la sociedad. Por eso, organismos públicos y privados intentan concienciar a la ciudadanía sobre la gravedad del fenómeno y la importancia de actuar para tratar de mitigar su alcance.

Pero comunicar el cambio climático no es tarea fácil, debido entre otras razones a que se trata de un fenómeno complejo que muchos perciben como alejado de sus vidas. Además, es un proceso en buena medida invisible. Por eso, en la comunicación del cambio climático cobran especial importancia las imágenes que se emplean, ya sean fotografías, gráficos o vídeos.

Un estudio que hemos desarrollado en el Grupo de Investigación sobre Comunicación de la Ciencia de la Universidad de Navarra, publicado recientemente por la revista científica británica 'Climate Policy', aporta cuatro principios para comunicar el cambio climático en las redes sociales a través de imágenes.

¿Qué imágenes tienen mayor impacto?

Las redes sociales son una de las fuentes de información más populares sobre el cambio climático, especialmente entre la juventud. Las imágenes que se transmiten a través de ellas desempeñan un papel fundamental para implicar a los ciudadanos. Sin embargo, no todas las imágenes tienen el mismo efecto.

Algunas, como las chimeneas humeantes o un oso polar sobre una placa de hielo flotando sobre el mar, se han convertido en clichés de poca eficacia. Igualmente, aquellas de políticos, empresarios y personajes famosos, que ilustran con frecuencia las informaciones sobre este asunto, tampoco fomentan la implicación del público.

En nuestro estudio hemos analizado 380 imágenes publicadas en Twitter, dentro de los denominados top tuits (tuits más destacados), con el objetivo de comprobar qué tipos de imágenes fomentan en mayor medida la interactividad de los usuarios, en forma de likes, retuits y comentarios.

Basándonos en nuestros hallazgos, podemos deducir cuatro principios a tener en cuenta para elegir el contenido visual más efectivo.

1. Mostrar personas

Los resultados indican que las imágenes de personas alcanzan mayores niveles de interacción. Por el contrario, las que muestran las causas del fenómeno (como la emisión de gases a la atmósfera) o los gráficos con información científica despiertan menos interés.

El primer principio que proponemos es que, entre las imágenes de personas, resultan especialmente eficaces aquellas que tienen una apariencia espontánea –es decir, de no estar preparadas para la cámara–, así como las que muestran emociones que parecen reales.

Un ejemplo es la imagen que sigue a este párrafo. En ella aparece un grupo de seguidores del Liverpool Football Club en Uganda participando en una acción cuyo objetivo fue plantar 500 millones de árboles en la región.

Un grupo de seguidores del Liverpool Football Club en Uganda participando en una plantación de 500 millones de árboles en la región.
Un grupo de seguidores del Liverpool Football Club en Uganda participando en una plantación de 500 millones de árboles en la región.

2. Contar historias

El segundo principio que ayuda a fomentar la interacción de los usuarios en las redes sociales es el de contar historias. Aunque una fotografía por sí misma es difícil que construya un relato completo, sí puede incluir algunos de los pilares sobre los que se asientan las historias, como un protagonista inmerso en un conflicto.

Una de las imágenes del tuit que sigue a este párrafo muestra a una joven australiana con su caballo. El animal murió como resultado del calor extremo y la exposición al humo originados por los incendios forestales que sufrió el país a comienzos de 2020.

El caballo de esta joven australiana murió como resultado del calor y el humo de los incendios forestales
El caballo de esta joven australiana murió como resultado del calor y el humo de los incendios forestales

3. Aludir a situaciones cercanas

El tercer principio es el de establecer una conexión local que permita acercar el cambio climático a las personas, ayudando a superar la tradicional percepción de que se trata de un fenómeno remoto y sin incidencia en la vida cotidiana.

4. Mostrar a los afectados

El cuarto principio al que apuntan las conclusiones de esta investigación es el de mostrar a personas directamente afectadas, en imágenes de impactos del cambio climático o acciones para combatirlo. La imagen en el tuit que sigue a este párrafo, publicada en noviembre de 2019, lo ejemplifica: muestra a un grupo de niños llamando la atención sobre el futuro que les espera como consecuencia del calentamiento global.

Un grupo de niños llaman la atención sobre el futuro que les espera como consecuencia del calentamiento global
Un grupo de niños llaman la atención sobre el futuro que les espera como consecuencia del calentamiento global

Estos cuatro principios prácticos se apoyan en dos principios más generales: significatividad y personificación. Contar el cambio climático a través de imágenes de personas y de hechos significativos permite que este fenómeno resulte próximo y relevante para el público, lo que facilita que sus consecuencias sean percibidas en la propia vida.

Estos cuatro principios prácticos, al igual que los dos más generales, pueden ayudar a comunicar la responsabilidad compartida y facilitan la implicación de los ciudadanos para afrontar este colosal reto al que todos nos enfrentamos.

Bienvenido León Universidad de Navarra; Mª Carmen Erviti Universidad de Navarra; Samuel Negredo Universidad de Navarra

Este artículo ha sido facilitado por The Conversation

The Conversation

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